Pienso en la cuchilla
en la hendidura
ese tajo que formaría;
las rosas que se me salen.
Pienso en como no quiero la vida ni el tiempo
ésta oscuridad galopante, corriendo, abrazando los dientes
Y camino porque correr no sé.
Me descuajo, me borro, me.
Alejado de esa cosquilla que se aparece en los dedos o en los ojos
cuando se alegra el cuerpo de soñar viviendo
Ese mango de plástico apuntalado al acero, botoneado al metal que rebana
que me rebane el cuello
que me tajee las capas y me haga llorar
así nomás
con piel y todo
sin lavar
sacudido arriba de la tabla, desmenuzado como animal inocente en una olla de burbujas rojas.
Cocínenme entonces: con pétalos y todo, déjenme el cabo y las raíces;
trágense la porquería entera;
que por algo decidieron plantarme,
por algo me semillaron los pies.
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