cuasi enamorado

El crecimiento es exponencial ante una comparación no lejana.

Todo lo he conseguido, querida,
bueno, casi todo.

Batallo conmigo mismo sobre ti,
sobre lo que opino, sobre lo que opinamos.

El profesional que maneja mi vida
no me dejaría tirarme por la borda.
Pero, por otro lado, aquí estoy yo:
yo que susurro las palabras mientras el profesional duerme.

Te escribo lo que descifro, y eso es curioso;
juego con tu nombre, el cual amo tanto,
mientras que el profesional solo se ofusca cuando lo oye.
Por otro lado yo prefiero ocultarme entre las letras de tu nombre;
trato de no decirlo mucho para que no me falte el aire.

Dicho esto, prefiero llamarte, simplemente,
“amor de mis ojos.”

Oh, querida,

lamento informarte que este cuerpo vil,
construido para ser atlético y profesional,
fue totalmente inutilizado por el minucioso secuestro
que planearon tus encantos.

Si hago memoria, lo recuerdo:

el día en el que tu sonrisa me ató de manos
y el suave color de tus ojos decidió arrastrarme
por habitaciones gigantescas,
sin importar lo que pensase la multitud;
multitud que diferencia al profesional de mí.

La curiosidad los hizo conocedores de mis hazañas;
bueno, de las del profesional. Yo solo las decoro.

A veces, y tan solo a veces,
logro que en su borrachera de cansancio,
mientras se encuentra poseído por el sueño,
diga cosas bonitas sobre ti.

Usualmente lo guío;
usualmente nos guío.

Quiero decirte que casi lo tienes.
Sé que durante un tiempo él complicó la situación,
pero espero que lo entiendas:
el no querer ser lastimado
nos lleva a imaginar lo que no logramos,

él suele lograr casi todo;
pobre profesional...

Siempre me resulta sencillo guiarnos con un solo pensamiento,
y nunca lo tuve tan claro como ahora:

Siendo cobarde, moriré una infinidad de veces más
que las que moriré tomando valentía, solo una.

Amor de mis ojos, no sabemos lo que planeas,
mucho menos lo que quieres.
Si la resolución de este caso para ti es rompernos,
te solicitamos, por favor,
sé gentil al barrer los fragmentos cerámicos
de nuestro corazón.

Alguien más podría salir lastimado.

De ser así, preferimos ser nosotros los heridos.

Amor de mis ojos, el profesional se va a despertar;
mi retirada ha sido dictada.

Que sepas que no somos tontos,
no estamos enamorados.

Estamos cuasi enamorados.
Que no es lo mismo.