Hay momentos en los que de nuevo cuestiono el “¿por qué?” de mi propia existencia, y hoy es uno de esos días más fuertes que nunca.
Y es que realmente me encuentro de nuevo vacía. No logro obtener en mi vida vínculos reales, no de esos por ser familia, sino aquellos que te conocen y te quedan.
Tengo apenas dos personas que considero amigas, pero ya sea o no siento que estos son tan frágiles que en cualquier momento se pueden romper.
Y realmente no tengo nada que me ate o me genere gozo en mi vida.
Nada mata, siempre lo he sabido… y para eso no hay cura. Siempre hago lo mismo: quiero demostrar que soy una buena persona, que puedo lograrlo todo… pero luego ardo.
Lo quemo todo, lo hago, lloro, porque sé que estoy rota y realmente no merezco nada más que el caos y el daño que genero.
Porque luego, literalmente, no recuerdo absolutamente nada. Mi mente solo se va y olvida lo que hace, pero los demás alrededor no, ellos si recuerdan...
¿Realmente vale la pena que alguien como yo siga aquí?
De nuevo viene a mi este abrumador pensamiento al que debo luchar con él, pero realmente y más que nunca… deseo descansar.
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