mobile isologo
buscar...

cuando amo, me vuelvo torpe

malvina

May 2, 2025

321
cuando amo, me vuelvo torpe
Empieza a escribir gratis en quaderno

enamorarse siempre ha sido totalmente incomodo para mi. Me costo admitirlo, porque siempre que he estado sola las fantasias amorosas han estado presentes en grandes cantidades, inundadoras y detalladas. Pero al mismo tiempo que me embriagaba con las ideas de lo que seria de mi una vez que llegara a mi vida el Amor con mayuscula, gozaba tambien mucho de vivir resguardada dentro de mis mundos mentirsos pero inofensivos, exiliada de otras miradas, siendo dueña completa de mi misma y a salvo de cualquier posible atentado contra mi espiritu y mi imagen (a una le cuesta, siempre, admitirse contradictoria).

Hoy en día hay cantidad de discursos que tratan de depurar al amor de sus partes mas complicadas, las frases idiotas abundan pero no es mi intencion citarlas, este texto no pretende ni ser critico ni informativo ni pedagojico, pero por si la curiosidad les aguijonea la nuca y para no abandonarlos ante aquella sensacion (es lo peor que pueden hacerle a una), les tiro el lance de que googleen lo que Foucalt dice acerca de la excesiva medicalizacion y aquello aclarara algunas dudas.

Concluyo con el desvio y vuelvo al eje: siempre ha sido incomodo para mi salir con alguien e incluso cuando he estado sola y casí rogando con todas mis fuerzas que algo parecido a un amor cayera rendido a mis pies, me he sentido muy reconfortada cuando este ultimo no terminaba de llegar.

Enamorarse es dudar,

y me temo que nos han mentido guturalmente: se parece mas a caminar por un piso de cristal al borde siempre del colapso que a encontrar estabilidad y seguridad puras y plenas.

Por mi parte, enamorarme significa mirarme de lleno al espejo y no solo porque hay un otro que hurga y escarba dentro de mis redes geograficas siempre que me tiene en frente, tratando de encontrar novedades y deciframientos, espiando por entre las cerraduras, colando la mirada en lugares que se encuentran en reserva del mundo exterior desde hace un largo tiempo, sino porque cuando me hallo en proceso de enamorarme, en vez de creerme una iluminada que ha logrado atraer como un fuego fatuo al objeto deseado, me entorpezco totalmente.

Ayer una amiga hizo en medio de la noche dos declaraciones acerca de mi persona que paradojicamente pero tambien con todo el sentido del mundo me resultaron opuestas entre si: "tenes una re oralidad, hablas como un libro" me dijo al momento despues de que yo esgrimiera una descpricion sobre un tema puntual que yo ya tenia perfectamente construida y guardada bajo la manga hace un rato. Mas adelante, luego de yo haber hecho un comentario aleatorio sin sentido y sin terminacion, de esos que si dan gracía es tan solo por lo absurdos que son, me menciona que ella ama cuando hago eso tambien.

La realidad es que ninguno de sus señalamientos estaba realmente errado: yo me dedico a escribir y puedo, si así lo quiero, producir muchos discursos solemnes y elegantes, pero al mismo tiempo soy excesivamente tosca con las palabras.

Cuando me estoy enamorando o en proceso de algo que se le parezca el primero de mis pilares en tambalearse es mi propia lengua. Apenas el llega y charla conmigo siento la necesidad imperiosa de hacerlo reir, y a veces mi mente ira mas rapido que lo que iran mis labios mientras suelta las ocurrencias: le hago comentarios con un tono de chiste pero esos comentarios no terminan de serlo, se quedan a mitad de camino, son raros, llegados de la nada y a veces sin nucleo, porque tambien trato de parecer relajada y natural, no hablar de mas por un chiste cuyo destino de ser malo y olvidable es inevitable. De este impulso ansioso de acelerar el crecimiento y la sedimentacion de nuestra intimidad personal es que le termino diciendo cosas extrañas. La respuesta de el es a veces mirarme confundido, ese es el momento exacto donde todo lo que hay de mis cachetes para dentro se me pone colorado.

Soy una persona muy amorosa tambien y nunca tengo miedo de demostrarlo. Pero cuando el es quien llega mis manos comienzan a temblar tratando de controlarse, quiero tocarlo y besarlo pero tampoco quiero gastar nuestra porcion exacta de contacto fisico y agotarla u oxidarla. Deposito muchas fuerzas y mucha concentracion en esto de tratar de evitar exabruptos de cariño y hacer papelones. Para afuera me veo, muchas veces, como un bicho desorientado, no se si el lo notara, pero así es. Chillo por dentro cada vez que nuestras rodillas se rozan y no me es suficiente, no quiero ser pesada, tocar limites, adelantarme y quemar un dialogo corporal que, quiza, solo quiza, deberia llegar mas adelante, y yo corro el riesgo de estar quemandolo.

Tambien corrompo los silencios. Dictatorizo la conversacion y no porque no confie en el, sino porque tengo el habito pecaminoso de ser controladora, suelo sentirme segura solo si soy yo quien se hace cargo enteramente de las cosas, así que ante los nervios y el temor de que el se este aburriendo hay veces que tomo toscamente el timon de las conversaciones. Por supuesto que el es un excelente navegante y sale ileso logrando posar tambien su mano en el volante sin un minimo de esfuerzo, pero yo deberia saber dejar mas a la mar todo el fluir de estos asuntos, ser menos criptica, no quiero, accidentalmente, emparchar lo espontaneo del momento.

En fin, la sintesis de este listado de torpezas es dar cuenta de que para mi estar en el proceso del amor es, en parte, tener todos los pelos de punta y la columna arqueada del susto como los gatos cuando se ponen en alerta.

Hay miedo, hay duda, hay peligro, hay un otro indecifrable y una mirada hermosa pero expectante, hay necesidad de controlar lo unico incontrolable: es, repito, como caminar por vidrio que podria reventar sin anticipacion.

Ya los del pasado lo tenian por sabido: Orfeo pierde a Euridice en el mito porque no puede evitar mirar para atras y verificar que ella esta con el, no porque no la ame lo suficientemente para autocontrolarse, sino porque, justamente, la ama tanto que su necesidad de voltear a verla es mas grande que todo lo que el si pueda controlar

Esta historia mitica comparada con mi situacion parece una extravagancia desbaratada y caprichosa, pero les juro que tienen una semejanza:

yo me entorpezco cuando alguien me gusta y si bien es doloroso y vergonzoso y a veces me hace querer que me trague la tierra e ir corriendo a mi antigua cama con mis antiguas fantasias romanticas sacadas de libros de cristal, el entorpecimiento me permite algo magnifico: romper con mi propia autoridad. Soy un poco menos dueña de mi y eso esta bueno, porque a veces la custodia completa me desborda.

Para enamorarse es obligatorio, si o si, aprender a reirse de una misma, si no, no hay quien sobreviva. El que llega llega para vulnerabilizarte, a dejarte indefensa. Sos vos blandiendo el pecho desnudo contra un monton de soldados armados que te miran y esperan, congelados.

Igual, por supuesto, no hay que olvidarse: tambien lo tenes a el en la retaguardia,

y de vez en cuando te mira y te guiña el ojo.

malvina

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión