Te condenó, sabiendo que volaste el hambre y lloviste rugoso; abrazaste tu camino aún lleno de ruinas y en ruedas volvías a casa con saltos en las copas verdes, después del bochorno por el que te marchaste. No fuiste continuo, no perfecto ni presente. Pero papá sabía que buscabas, solo que mi garganta está raspada.
Me despierto en las mañanas con las mañanas en la boca y la necesidad de escabullirme en vez de pensarte. Sabrás que no te recuerdo como un niño recuerda la costumbre, sino como un poste a un carro cuando pasa a toda velocidad en una carretera.
El intruso; con sus rondas anormalmente trilladas de tener papá. Yo crecí en esta casa, nunca mía, porque en tu anuncio la volteaba, en realidad no patas arriba, al contrario, cabeza arriba, sin rastro de infancia y olor a sol en sus trencillas, pero a tu manera. 'Papá'.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión