Crónicas de dos almas encontradas

Ojalá el tiempo pueda detenerse solo para dejar de sentir este inmenso vacío. Mi garganta arde; mi respiración se agita y no puedo contener el aire; mis ojos no logran cerrarse y mi mente no logra calmarse. Sé que aún no concilias el sueño, pero también sé que no compartimos los mismos pensamientos. Tú tinta danza al hermoso ritmo de tu corazón sobre el lienzo de tus sentimientos que no tienen una guía marcada, y sé que un "nosotros" ya ha abarcado toda una página y que ahora no hay más cabida para más letras.

Hace poco noté que se acababa el esmalte transparente que me pusiste aquella última noche, y no pude evitar recordar cada día, al salir de mi ducha diurna, al secar mis pies, la consumasión de una historia incompleta, y al mismo tiempo se acababa el shampoo líquido que reposa en la repisa de la regadera. Mi vida desde entonces ha recorrido una diversidad de senderos que no se podrían haber encontrado uno a lado del otro: hermosos y nostálgicos; verdes y oscuros; planicies y rococidades afiladas. Todos ellos compartían una propia característica dentro de sus separadas cualidades: un camino sin rumbo tan emocionante que lo dirige la pregunta "¿qué pasará?", y así, con esa cuestión de antemano justifica la dirección de mis pisadas sin importar el ruido de mi corazón, pero ¿es así como quiero contestar a esa pregunta? Solamente tenía algo claro, y era avanzar.

Sí, salí a buscarte etre multitudes en lugares que salíamos frecuentar. Tomé algunos horarios impropios de mí para ver si aparecías en algunos. Me adentré al centro de la ciudad con esperanza de ver tu caminar. Te pensé en cada noche de sobriedad y debilidad, buscándote en una pantalla queriéndome convertir en píxeles para compartir otro momento juntos. Me probé por última vez esa sudadera que tiene tu rostro y aparté las sandalias moradas que eran solo para ti para que nadie más pudiera usarlas. Releí todas tus cartas una por una a tal punto de aprenderme la posición exacta de cada una de tus palabras. No pude continuar con todas las series y películas que vimos y queriamos ver. Impregné mis noches y días de tus fotos, regalos y recuerdos hasta guardarlos en un rincón de mi corazón y mi sala, y cuando alguien más se interesó en mí, no tuve más remedio que mostras parte de ese rinconcito en donde sigues presente. Yo me sigo preguntando si aún adornas tu cuarto con aquella flor eterna con un tono que te definía, ¿acaso te sigue definiendo ese tono?; ¿Seguirás poniendo el ventilador al salir de tu baño matutino?; ¿Duermes aún con todos esos peluches que solían adornar tu cama?; ¿Habrás ganado ese concurso sobre Inteligencia Artificial? Puede que sea cierto que estas preguntas y respuestas no tengan importanca ya, pero me alegra pensar que cada una de ellas tenga una historia diferente que contar. Historias donde somos protagonistas de lo que fue un cálido abrazo en mi existencia.

El tiempo pasa volando y pareciera que todo ha sido una "ilusión". Un sueño del que desperté antes de cuando me hubiera gustado. Ahora ya ha pasado más de un año desde aquel intenso despertar que le dio un giro a mi vida. Ahí caí en cuenta de que tú estabas un paso adelante en cuanto a lo que nuestro interior nos grita en la superficialidad de lo terrenal. Claro que no fue justo que te haya hecho retroceder tus pasos aquel día, así que guardo un eterno agradecimiento por caminar junto a mí cuando lo necesité. Incluso cuando no te sentía tangible, y un caudal de lágrimas que yacía de las cuencas de mis ojoso hacía el mar de los olvidos, tú te hacías presente en el horizonte. Ahora mis lágrimas cesaron y mi mar se calmó. Todos estos recuerdos que tengo de nosotros los añoro con nostalgia transformándose en paz. Y puede que nuestros caminos eran tan diferentes que en nuestro jardin los rosales se espinaban entre sí, pero aún con las pocos pétalos fue un bonito jardín en mi vida.

La culpa se exparse en ocasiones en mi ser, sin embargo hay algo que me calma la cordura: las dicisiones que tomamos nos llevan al lugar en donde estamos, y eso no significa que sean buenas o malas, solo que fueron importantes para definir nuestro presente avanzando con él. Aún sigo caminando con la guía de la pregunta "¿qué pasará?", aunque ahora no importa mucho tener una respuesta concreta, ya que el mañana me presciende, más no mis pasos sin lamentos. Y si la fugacidad de mi alma evuelta en tu vida no pudo nutrirla, entonces al menos espero que la ausencia de ésta lo haga, dado que mi persona, aún en la distancia, te recodará como mi primer gran vínculo. Ahora mismo me gustaría pensar que cuando nuestros jardines se encuentren, entonces brillaran de colores. Una vez más aquella pregunta se interpone en mis ilusos pensamientos, así que solo puedo decir que en otra vida quizás puedan florecer hermosas flores azules y moradas que acaricien nuestra alama desde el primer brote. Al final, el viento cálido de abril y las letras que dejan huellas de tinta en el papel me llevan a un sitio en donde estas tú, y hoy me permitiré sentirte para así seguir adelante.