« Ellos han desterrado mis alas de nuevo
Dejándolas imposibilitadas de vuelo
No hay ninguna forma de volver
A mí pasado, lleno de libertad
El color negro de mis ojos escaló
Viendo el desastre que me dejaron hacer
Y cayó en la sombra de Calígula, el rubor del amanecer que se presenció
En el terrible cielo de los sueños »
La luna en el ojo del huracán murmuraba; con cierta prisa de moverse, la tierra algún día no sera nada mas que una bola de fuego
Una tormenta acechara al corazón del mundo con tempestad y dejará de gravitar para vivir
En lo alto del gran cielo cubrirá la profundidad del mar, abierto e intrépido, y arrasará con el viento el ocaso de la naturaleza muerta
Siempre en peligro se mostrará el hielo congelado, ese océano se volverá blanco y condensado, cayendo sobre las lágrimas de nubes en llamas
Puede ser, puede ser
Que aún se golpee la luz solar sobre las plantas y que el viento que acompaña a la cara, siga soplando en dirección a la vida humana; "nublaré tu tormenta de sol con el recuerdo."
El satélite circular se abre paso entre las curvas de la Tierra
En medio de la niebla dibuja en ella un cuadro, exhala la libertad de su soledad
Y en sus ojos abiertos encuentro la eternidad
Que tímida y poco sonora se presenta, su actitud siempre agonizante es tan detallada como sus cráteres
La he describido mal, en palabras rizadas que con ella no van
Su diamante en la esfera alrededor de su cuello
Ha llamado la atención de los ángeles
Que han notado el desastre que armamos
Vendrán en una cruzada, en los últimos momentos
Aunque aquí ya no estemos más
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