Cosas normales para treintones y cuarentones

Llevo un año y medio desempleada. Durante este lapso he pasado más tiempo mirando no sólo mi correo electrónico o los portales donde se publican puestos laborales disponibles, sino también más tiempo en redes sociales pensando: "Quizás uno de mis contactos comparte o postea en algún momento que necesita gente para trabajar en su empresa o en su oficina y se adapta a lo que estoy buscando y puedo escribirle..."

Uno de esos tantos días me choqué con esta imagen:

En ese momento no sabía si era el extracto de una película, de una serie o de la publicidad de algún producto/servicio. Luego, por los comentarios del post, supe que era de una serie llamada Killing Eve; serie que, dicho sea de paso, no he visto a la fecha, no sé quiénes son los personajes de la imagen y cuál es el contexto de esa conversación.

Pero me detuve en la imagen. Específicamente en ese par de frases que cruzan. Y en ese momento pensé: "Yo también quiero eso, yo también quiero esas -cosas normales-" Y de pronto te chocas con un sistema miserable que parece decirte: "No seas ilusa, en estos tiempos no puedes pedir ni tener todo eso en simultáneo"

Veo muchas ofertas de trabajo para puestos junior, auxiliares o prácticas profesionales, y me parece genial que siempre se considere a los jóvenes y nuevos talentos porque necesitan ganar experiencia y seguir aprendiendo en entornos formales y seguros. ¿Pero qué hay de los treintones y cuarentones?, personas con conocimientos más cuajados que necesitan cambiar de trabajo, que buscan nuevas oportunidades para no estancarse y seguir cumpliendo metas, personas que quieren seguir capacitándose o actualizando sus conocimientos y que no están en edad para jubilarse porque aún tienen 20 años más por delante para ejercer su profesión. ¿Hay cabida para nosotros? ¿Aún podemos pensar en un puesto laboral presencial, híbrido o remoto que respete el horario de trabajo, que pague puntualmente la remuneración y que brinde al trabajador los beneficios sociales de ley?

Actualmente tengo un proyecto que me salva, una librería infantil que por el momento sólo atiende virtualmente y haciendo delivery. Es un pequeño proyecto que saco adelante con mi mejor amiga y que esperamos poder formalizar pronto como mini empresa enfocada en el bienestar emocional de la primera infancia y la niñez de mi país. Sin embargo, no dejo de buscar otro trabajo que me permita solventar todos los gastos del mes, en estos tiempos donde todo está caro: desde el alquiler de un departamento y los servicios básicos, hasta los alimentos en el supermercado. Así que, aprovecho estas líneas en quaderno, donde sé que escriben y leen personas de toda Latinoamérica, para pedirles que por favor me avisen (comentando debajo de este artículo) si saben de algún trabajo remoto que recomienden plenamente o en el que confíen, no importa si es algo sencillo o de asistencia; de redacción, de transcripción o de revisión de información. Se los agradezco muchísimo.

Espero que todos podamos tener siempre cosas normales.