Sembrar el alma en las afueras de la muerte,
en la guerra fría de un corazón de fuego,
en el invierno de una infancia primaveral.
Por lo ajeno, da incluso el hogar de una vida.
Por lo propio, ni las flores para su póstuma tumba.
En el frío verano, en el desierto otoñal,
en las vías de un barco, o en el acantilado de los cielos.
Siempre puedo cambiar a la metáfora, habitar la dualidad,
escribir como una mortal, y morir páginas después siendo olvido.
Cuando amo, las estrellas cortan el filo del infierno,
de pronto; todo lo que atraviesa mi sangre, es bañado en oro.
La vida ve florecer mis sueños, y pide a las pesadillas que me ejecuten.
El diablo es sabio, sabe que después de ciertas personas, no hay resurrección.
Entonces después de escribir como una mortal
jugando a ser dios y cupido del umbral ajeno,
toca sumirse en el frío verano, mirando el acantilado celestial.
Descendiendo al desierto otoñal, en las vías del fantasioso barco.
Hasta llegar a mi propia tumba, inclinarme y llorar al filo del infierno.
Se desangran así todos los instantes, y las páginas cortan mi nombre
con la impronta del amor que me olvidó.

Milagros Gomez
Desarrollo un sub-género llamado Terror Poético, que combina la poesía gótica y el terror psicológico, con el existencialismo y la metafísica.
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