ogni riferimento a cose e persone è puramente casuale. totalmente frutto della mia fantasia.
conversazioni tra estranei.
capitolo 1
Elena
Poche volte mi capita di svegliarmi di buon umore. La sazietà di una buona colazione è l'unico motivo per cui mi alzo dal letto tutte le mattine.
Fa freddo oggi a Pisa. Da quando mi sono trasferita qui, tutti si affrettano a farmi notare che mi sono rifugiata nella vera Londra italiana. Il freddo milanese è solo una facciata in confronto alla nostalgia che emana questa cittadella toscana: umida, a tratti gelida, solare un mese all'anno, uggiosa ogni volta che vuoi mettere piede fuori casa. Oggi è uno di quei giorni.
Mi piace camminare la mattina. La brezza delle 7 mi rinfresca il viso e mi riporta alla realtà dimenticata la sera prima.
Vivo in centro, vicino alla facoltà di Lingue.
Da quando non vivo più in Sardegna, faccio spesso incontri casuali. Vedo molte facce.
Il mio cervello immagazzina almeno 50 volti nuovi al giorno. La bellezza di vivere in città.
Peccato che non riesca a empatizzare con nessuno.
Livia mi chiama mentre è ancora al piano di sopra. Mi ero dimenticata che stasera Pietro sarebbe stato da noi. Mi toccherà trovarmi qualcosa da fare. Da quando viviamo da sole, scopano come conigli e, sinceramente, evito qualsiasi contatto con gli oggetti di casa durante la loro fase d'accoppiamento. Quindi dovrò necessariamente mantenermi occupata.
Stasera fanno il karaoke al Kent, un bar poco conosciuto dalla mandria studentesca pisana ma la mia casa quando ho bisogno di rincontrarmi con me stessa.
Morena mi aspetta in aula studio. Sto facendo tardi. Oggi ho ripetizioni di Filologia Romanza e una lezione particolare su Noam Chomsky.
Ho conosciuto Morena durante il mio primo anno fuori corso. È due anni più piccola di me, e vedendola così sperduta in mezzo alle iene assetate di sapere appena immatricolate, non ho potuto fare a meno di prenderla sotto la mia ala (pensa che fortuna per lei!). Abbiamo legato subito, ma non so perché, e questo mi succede anche con Livia: non sento nessuna connessione che vada oltre la conoscenza banale e casuale.
A volte desidererei incontrare quella persona che facesse scattare in me la voglia di raccontarle tutta la mia vita, i miei desideri, le mie ansie, le mie paure. Non so se non sono destinata all'anima gemella, non so se in realtà esista una persona predestinata a noi, se io l'abbia già incontrata e snobbata malamente. Il dubbio rimane sempre.
Mentre ascolto *Al lado del camino* di Fito Páez, mi dirigo verso la biblioteca quando...
to be continued.
■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■
Elena
Pocas veces me despierto de buen humor. La satisfacción de un buen desayuno es la única razón por la que me levanto de la cama todas las mañanas.
Hoy hace frío en Pisa. Desde que me mudé aquí, todos no paran de decirme que me he refugiado en la verdadera Londres italiana. El frío milanés es solo una fachada en comparación con la nostalgia que emana esta ciudad toscana: húmeda, a ratos helada, soleada un mes al año, y lluviosa cada vez que quieras salir de casa. Hoy es uno de esos días.
Me gusta caminar por la mañana. La brisa de las 7 me refresca la cara y me devuelve a la realidad que había olvidado la noche anterior.
Vivo en el centro, cerca de la facultad de Lenguas.
Desde que no vivo más en Cerdeña, suelo tener encuentros casuales. Veo muchas caras.
Mi cerebro almacena al menos 50 rostros nuevos al día. La belleza de vivir en la ciudad.
Lástima que no logro empatizar con nadie.
Livia me llama mientras aún está en el piso de arriba. Me había olvidado que esta noche Pietro estaría con nosotras. Tendré que buscarme algo que hacer. Desde que vivimos solas, cogen como conejos y, sinceramente, evito cualquier contacto con los objetos de la casa cuando están en su temporada de apareamiento. Hoy tendré que buscarme algo que hacer SI O SI.
Esta noche hay karaoke en el Kent, un bar poco conocido por la multitud estudiantil de Pisa, pero mi refugio cuando necesito reencontrarme conmigo misma.
Morena me espera en la sala de estudio. Estoy llegando tarde. Hoy le tomo clases particulares de Filología Románica y una lección especial sobre Noam Chomsky.
Conocí a Morena durante mi primer año de repetidora. Es dos años menor que yo, y al verla tan perdida entre las hienas sedientas del saber recién matriculadas, no pude evitar tomarla bajo mi ala (¡vaya suerte para ella!). Nos llevamos bien enseguida, pero no sé por qué, y esto también me pasa con Livia: no siento ninguna conexión que vaya más allá del conocimiento banal y casual.
A veces desearía encontrar a esa persona que me hiciera querer contarle toda mi vida, mis deseos, mis ansiedades, mis miedos. No sé si no estoy destinada a encontrar a mi alma gemela, no sé si realmente existe alguien predestinado para nosotros, si ya la conocí y la ignoré de manera despreciable. La duda siempre queda.
Mientras escucho *Al lado del camino* de Fito Páez, me dirijo a la biblioteca cuando...
continuará...
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión