Invoco tu nombre al viento, ahora las aves llevan mi mensaje.
Truenan los latidos de mi corazón azogado.
La noche es larga y oscura. Yo estoy aquí, solo.
El calor de tu espíritu me guía, aunque estés atrapada en el pasado.
Los dioses no responden a los ruegos, aún así, continúo con este canto.
La danza de mi báculo dibuja volutas con el humo plateado que sale de mi pipa.
Entretejo hileras de destino, y de círculos voy formando el recorrido.
El aroma a tabaco, a tizne y a madera quemada, se fijan en el aire para librarme del olvido.
Me concedieron la escritura divina y los poderosos versos. El noble don de la magia.
Deformo cada uno de los caminos. Todo lo contamino con bucles y anillos.
Hago que el espiral se impregne en el universo.
Observo tu imagen en el pasado, pero estoy condenado a avanzar.
Tu figura es la fuente de mi poder, brillos, versos y azar.
Soy culpable, se que no tengo perdón.
¿Qué precio pagará la eternidad por mi pasión?
Estoy condenando a cada vida, a cada ser, a una aburrida danza circular eterna.
Ahora todo retorna. Guardo la esperanza de que, este camino que me arrastra, vuelva a ser el tuyo.
Y yo por un segundo, solo un instante, volveré para visitarte.
¡María!
Invoco tu nombre al viento...
Hay quienes dicen que vieron al viejo, repitiendo estos versos con convicción. Él afirma tener poderes, mientras mueve su bastón en todas direcciones, caminando con la mirada fija, perdida en el horizonte. Dicen que así son los magos.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
~2.jpg-increased-f5Xc8B)

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión