Estamos tan desesperados por encajar que hemos dejado de ser auténticos, no somos reales. En medio de un mundo que cada segundo se llena más de inteligencia artificial somos nosotros los que poco a poco nos deshumanizamos, dejando lo importante a un lado y volviéndonos cada vez más superficiales.
Las palabras dejan de ser elocuentes, las letras dejan de ser coherentes, el arte se desvanece, la música deja de florecer, y todo cambia, nada sigue su curso natural, la evolución nos ciega, solo buscamos poder, una felicidad inventada. Incoherente.
Dejamos de amar, dejamos de sentir, la penumbra recubre nuestro tránsito, las esperanzas se desvanecen porque todos quieren ser efímeros y las cartas hechas a mano desaparecen, ya no podemos oler el perfume de las flores naturales, las galletas ya no son hechas con amor, la gente teme ensuciarse las manos.
Los ojos empiezan a mentir, a esconderse detrás de aparatos inteligentes que cubren las cicatrices con el excremento de sustancioso consumismo inherente.
Entre este mar de mentiras y falsificaciones busco desespera un brillo real, una sonrisa crédula, una piel áspera que aún conserve el calor de los intensos sentimientos verdaderos, alejados del miedo y la deshonestidad quiero encontrar yo, a aquel que ame la fragilidad, que busque lo eterno, que odie lo efímero del mundo moderno, que plasme con palabras rimbombantes cada una de sus emociones y que cada vez que mire al cielo lo que busquen sean las estrellas y en las nubes las formas más complejas. Que no le tema a la verdad, que su espíritu sea sincero, que su brillo sea realista, que no sea efímero y mucho menos una copia desteñida de lo que muchos son.
Entre estas calles llenas de teclados gigantes guardando miles de palabras reducidas busco la conexión de un humano real, la conexión de quien ríe y llora sin temor a gritar o a temblar, que sepa amar, que sepa entregarlo todo. Busco la conexión que nadie mas puede darme más que aquel al que le tiemblan los labios, le sudan las manos y le falta el aire cuando camina a prisa. No quiero una fotografía o un holograma, solo quiero una persona que sea aún humano.
Dejando todo a un lado, quiero alguien con quien recorrer los campos de flores y que el viento nos golpee la cara, que no necesitemos un video para saber como se siente la brisa del mar, que no tengamos la exasperante necesidad de usar miles de accesorios innecesarios para sentir la belleza de la vida, alguien con quien compartir la desnudez de mi alma sea mas que suficiente para amar mi ser.
Pero en este caos interminable no puedo encontrar los ojos reales que miren el horizonte aun soñando, ¿podré encontrar un humano que aún sea real entre estas paredes de luces artificiales? ¿Podremos algún día amar con intensidad sin tener que ocultarnos?
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