Te dije que el amor que quiero darte es la ternura misma, porque es importante caminar despacio por los lugares (que sabemos) pueden lastimar al otro.
Te dije que el amor que quiero darte es conocerte, para saber qué te lastima, y así evitar esos senderos.
Te dije, quiero amarte bien, despacio, con ternura,
vos me decís que te gusta esa palabra
y yo sé que es así,
que pensas igual;
tenemos todo el tiempo del mundo, me repetís todo el tiempo
y así se crea un infinito en tu casa, en tu cama, en nuestros cuerpos.
Y en nuestros cuerpos radica entonces el tiempo mismo, y se detiene cuando te beso, la panza, la espalda, los lunares, los ojos.
Te dije, el amor que busco es tranquilo, y no por eso
menos intenso
no por eso
menos amoroso
sino calmo, suave, como la brisa, como el frío
cuando nos conocimos me dijiste "no puedo esperar a que haga frío para dormir tapado con vos"
y pensé, ojalá,
y ahora pienso, que hermoso, porque en la tranquilidad de un domingo de otoño me encanta tenerte a mi lado.
Ojalá el invierno nos encuentre así también.
Te dije, el amor que puedo darte es este y vos me aceptaste con mucho más de lo que sabía recibir.
Te dije, ¿Por qué?
y vos me amaste más fuerte.
Te digo ahora: te amo
porque estoy dispuesta a agarrarte de la mano para atravesar el dolor, despacio, con todo el tiempo del mundo por delante, a la espera de todas las estaciones.
Te digo, te amo
y no necesito que estés acá
para escucharte decir
yo te amo a vos
Te digo ahora, escuchame mi amor:
con vos es facil creer en el amor.
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