¿Qué tan complicado es el ser humano cuando de sentimientos se trata?
Cuando, dentro de nuestro camino, nos topamos con aquellas preguntas mortales del pensamiento: ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué es lo que deseo en verdad? Estas y más dudas me asaltan, me laceran el alma cada que me despierto y me matan cuando duermo. Y no puedo evitar sentirme enfermo, herido hasta el desahucio.
Pienso por qué esto me pasa ahora, por qué a mí, por qué no solo ser alguien con una vida decente, con problemas decentes y no estas naderías que me inundan todos los días. Me remonto a mi niñez con la esperanza de encontrar un motivo, lo analizo y llego a la conclusión de que esta enfermedad me ha acompañado siempre, que en cada momento donde no podía respirar, donde el mundo daba vueltas y donde el ambiente se cubría de frío... ahora sé que no era solo la imaginación o la mentira distorsionada de un niño. Ahora veo que, como hoy, yo estaba enfermo. Y que no es esta enfermedad, sino el miedo.
Lo acepto, aunque a mi pecho le dé vergüenza; acepto que no he tenido otra cosa más que miedo, que toda mi vida he vivido con miedo. Saberlo y aceptarlo me libera y, a la vez, me encierra en otra caja más pequeña. Me pregunto si algún día el miedo dejará de serlo todo, de manejarlo todo: mi vida, mis decisiones, mis sentimientos. Y muero de enojo al verme débil ante algo así. Quiero ser fuerte, quiero ser inteligente, quiero ser valiente y enfrentar este miedo que me carcome la existencia.
Así que dime, por favor, te lo imploro: dime cómo lo detengo.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión