Compleja al tibio...
No se llenan mis ojos, pero van escurriéndose
a mis manos, a mis pies, a tu sombra.
No merezco tu roce,
ni ir a la par o conocer tus clisos centella.
El tiempo me consumió en el crepúsculo tibio.
Me perdí de ti, contenía tus flamas azules
que se sentían especiales.
Lloraba de rojo por mi luz
y tú, sin embargo, no me iluminabas.
Alegría completa en la bruma,
brutalidad cargada de individualidad,
yo no sé qué soy, si todo lo que conozco eres tú.
Yo no sé seguir a los demás,
y estaba dispuesta a acompañarte a ti,
pero nadie lo ve así, y solo yo acabé así.
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