Me mirás como si fuera un crimen
que no me queme por vos.
Como si en mis ojos debiera arder
el mismo fuego que te consume.
⠀⠀
Decís mi nombre con filo,
dejás caer palabras que raspan,
pero después, con la misma boca
que hiere sin querer—o queriendo—
me das un beso en la frente,
como quien cierra un libro
que nunca quiso leer.
⠀⠀
Tenés rabietas de niño,
golpeás la mesa, girás la cara,
te burlás, decís que te da igual,
pero después volvés,
y hay días en los que me querés
y otros en los que no,
y creo que ni vos sabés cuál duele más.
⠀⠀
Te enoja que no me duela,
que no me ahogue en lo que a vos
te inunda hasta los huesos.
Como si yo tuviera la culpa
de que tu amor sea un abismo
y el mío, apenas un puente roto.
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