No voy a correr
en dirección opuesta a vos
ni voy a apurarme a eliminar las frases que nacieron en el calor de tu abrazo,
mucho menos la evidencia captada en cámara
de lo mucho que siempre disfruté tu compañía.
Es verdad que yo tiré la granada en medio del hogar que estábamos tratando de construir,
pero vos le quitaste el seguro
y huiste para no ver los escombros.
Vos, tan inteligente y fuerte,
te volviste víctima de la ansiedad
y la urgencia de una respuesta inmediata a un problema de raíces más profundas,
no supiste confiar
en que si te quiero ahora, pero después me hacés enojar,
yo te sigo queriendo,
incluso enojada, incluso mirándote a la cara y diciéndote;
no estás siento la persona que necesito que seas,
no para herirte,
no para descartarte,
para desafiarte a que vuelvas a ser vos;
tu mejor versión.
Es que te volvías mezquina cuando te engañaba la inseguridad
y te olvidabas que yo no intercambio migajas por amor,
y que soy exigente con lo que espero de vos,
porque siempre intenté darte lo mejor.
Pero esa noche me tomé un descanso, de mí
de analizar, de debatir, de crear puentes que te olvidabas de usar
y me quedé a ver la explosión
de lo que estaba aprendiendo a querer
y de lo que ya no va a poder ser.

Florencia Velázquez
Escribo como evidencia de que aún estoy viva. El libro está en proceso, lo actualizo cada vez que me inspiro.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión