Como la mirada de admiración de mi madre
Feb 5, 2025
Rechacé mis planes a futuro,
por poder llevarlo a cabo a tu lado.
Intenté satisfacerte en cualquier ámbito,
incluso si yo no quedaba satisfecha.
Y conforme más te tenía, más te necesitaba.
Era como si realmente no hubieses ocupado ese lugar de la cama,
como si algo oscuro me impidiese tenerte de verdad.
Y pasaba el tiempo, día y noche contigo.
Pero de repente, esa necesidad se fue apoderando de mí.
No me dejaba dormir,
empezó a dañarme poco a poco,
me estaba rajando por dentro,
volviéndome una persona que no reconocía,
sin darme cuenta de que sangraba miedo.
Miedos que un día conseguí superar.
Y es que por mucho que intenté
reencarnarme en perfección,
decidiste cambiar de religión.
Ahora que ya esto es un recuerdo encapsulado más,
en algún desván profundo,
solo puedo decirte gracias.
Muchas gracias.
Fuiste lo último que necesité.
Te la podría dedicar a ti,
y a todas las experiencias en estos veinte ciclos.
Fue un ejemplo más.
Ahora sé que estoy a salvo,
ahora sé que he aprendido,
ahora estoy más cerca de algo que sea real,
de una mirada que se pueda comparar con aquella de admiración que me dedica mi madre cada mañana.
Ahora me miro al espejo y estoy más cerca de quién quiero ser.
Gracias.
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