Se me tenza la lengua
en la jaula de los dientes;
por todo aquello que no puedo decir,
porque dicho en voz alta perdería sentido,
tan vacío de coherencia sería
que decirlo no tendría el más mínimo valor.
Y aún así,
el corazón bombea extraño,
como si no fuera mío
y mi cabeza, de sesos ardientes,
no encuentra descanso al dormir,
el huracán no cesa tras los párpados calientes,
yo sigo pensando-te.
La delicadeza brusca que le doy a tus últimas palabras,
a tu determinación y los límites bien marcados,
te ví pasar como ese tren que solo pasa una vez;
rápido, levantando polvo
y desapareciendo a lo lejos en una nube de humo.
De vos solo va a quedar esa primera impresión,
las luces intermitentes en la distancia, avisando tu llegada
sin garantizar tu parada
y la campana sonora,
con una canción que solo podría remitirme a vos.

Florencia Velázquez
Escribo como evidencia de que aún estoy viva. El libro está en proceso, lo actualizo cada vez que me inspiro.
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