amor, amor,
he cosechado amapolas para nuestro entierro;
las coloqué delicadamente sobre el césped seco de nuestro jardín
encendí velas con aroma a miel
amor, amor,
la tarde nos acompaña;
los árboles que un día tenían cien hojas, ahora tienen pocas ramitas grises,
prendidas en fuego celeste y naranja
amor, amor,
“estoy cansada”, te digo,
pero no escuchas, no, no;
aplaudes y ríes mientras escuchas los estruendos fuera de casa
me dices que suenan como pajaritos trinando cualquier sábado de primavera
sobre nuestras cabezas
altos, altos,
vuelan los avioncitos en un cielo azul muerto,
lanzando cometas verde lima
amor amor
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