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    COLUMNA (#6): Con respecto a las "disonantes" y las batallas.

    Mar 18, 2025

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    COLUMNA (#6): Con respecto a las "disonantes" y las batallas.
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    COLUMNA (#6): Con respecto a las “disonantes” y las batallas

    El 6 de noviembre del 2002, hace ya 23 años suscitó uno de esos hitos culturales que terminan para bien o para mal repercutiendo y dejando huella en el movimiento hip-hop, y eso fue el estreno de “8 Mile”, la película protagonizada por Eminem. Creo que la película supone tal clásico que abordar su trama o curiosidades sería transitar en camino ya pavimentado, es un infaltable en todo consumidor de cultura popular o seguidor del hip-hop. Punto aparte, si no la has visto, ´tas queda´o. A mí lo que me hace traerla como tema de conversación es un efecto colateral que esta película generó en la cultura del rap hispanohablante (me limito aquí, pues es la data que mejor manejo), o lo que se conoce en el populacho como “efecto mariposa”, y es que un elemento fundamental presentado en la trama de la película es como el protagonista B Rabbit (Eminem) busca destacar como rapero y artista, y su primer trampolín para lograr su cometido es presentarse a batallas de rap clandestinas. Aquí se jodió todo, veamos. Las batallas de rap como se presentan en el filme suponen el enfrentamiento de dos Mc´s que se apoyan en el rap improvisado, “freestyle” para desacreditar a su oponente y llevarse la victoria, cuestión a priori normal debido a que estos enfrentamientos de freestyle ya tenían peso, presencia y valor en la cultura, haciendo aparición en los b-boys y b-girl de la época, por ejemplo. El freestyle ya era un recurso conocido y aplicado al rap, Mc´s fluyendo sin la atadura de escribir sus versos, incluso en la vertiente hispana ya era una técnica de valor. Pasa que como mucho del hip-hop, primero se hizo en USA y luego se replicó y autentificó donde llegó, y así es como tras el estreno de la película, la fiebre de enfrentamientos de Mc´s a base de freestyle se apoderó de los raperos hispanos, llegando par de años después al oído de la compañía que genera latas de energía que dan alas, Red Bull, generando así la primera edición de batallas de gallos en el año 2005. Este boom lo supo explicar mejor la leyenda callejera y pionero venezolano Franco del Área en su episodio del podcast: El Apartaco, un registro valioso y enriquecedor, busquen esa data. Continúo. Así y casi sin esperarlo (apuesto mis cartas a que Eminem desconoce este impacto, o de saberlo, se la suda) se originó el big-bang de las batallas de rap en español. Pasando por su primer campeón, el argentino Frescolate, continuando con ediciones memorables, como la España (2008), parones, vueltas, la consolidación de Red Bull como el evento madre, regándose por las plazas de Latinoamérica, en Chile con la DEM, en Argentina con el memorable Quinto Escalón, surgiendo múltiples eventos de talla internacional como BDM, Supremacía, o como no, la llegada del evento que disputó el trono con Red Bull: FMS. Asimismo, y haciendo un resumen que no hace justicia a los más de 20 años de historia que tiene la disciplina, hemos sido espectadores de todo tipo de perfil de rapero/batallero a lo largo de estos años, con la etiqueta que le quieras poner: métricos, melódicos, agresivos, showmans, y el etcétera es extenso. Gente como Mcklopedia, Skone, Piezas, Dtoke, Kodigo, Acru, Azcino, Chuty, Bnet y como no, el perfil contemporáneo más disruptivo: Navas. La popularización trae consigo muchas veces la malinterpretación, pues no todos terminan educándose o enterándose de los orígenes, y terminan entendiendo la trama desde verdades a medias o desde su propia y subjetiva perspectiva. Esto es una cuestión muy presente en la masividad batallera y el entendimiento del hip-hop como cultura (que la mayoría de veces no van de la mano) una conversación tan extensa como polarizada. Misma conversación que aclara un poco el porqué del odio desproporcionado volcado al estilo del batallero alicantino, Navas.

    Para el que no está claro, y volviendo a resumir lo más posible para no irme por las ramas, en la poesía y el rap la manera de rimar se divide en tres grandes formas, la rima consonante, la asonante y el verso libre. Dicho esto, aclarar que un factor primordial a la hora de componer en rima, es la creatividad y soltura, el saber que la poesía sigue siendo guiada por el corazón, el sentir, y que asimismo, no es necesario que tenga reglas, patrones o márgenes que la limiten, en la experimentación es donde recaen las nuevas maneras. Si esto lo aplicamos al apartado lírico del hip-hop entenderemos mejor el cómo los Mc´s han aprovechado la rima para aplicar sus propias formas, manteniéndose bajo unos parámetros universales, pero dándole su sazón y su propia vuelta. Esto ha sido así desde siempre y el que se ha educado lo sabe, hablando del lado hispanohablante los raperos han usado la rima consonante, asonante y el verso libre como les ha venido en gana desde el momento uno, y en las batallas ha sido prácticamente igual. El factor que parece dificultar este entendimiento a una mayoría del público consumidor de batallas, es que volviendo a uno de mis puntos anteriores, la popularización trae consigo la malinterpretación, y a estas alturas del partido muchísima gente que consume batallas no necesariamente entiende del rap o hip-hop como cultura, lo ven simplemente como un agregado más que no hace falta entender para adentrarse a batallar o consumir, y en gran parte tienen razón, al final controlar y poner un filtro pa´ ver quién sabe y quien no y regular la entrada a la vuelta, no solo es utópico sino que inviable. Pasa que sin embargo, la vuelta solo evoluciona si se la estudia y se le toma enserio, por eso una gran parte del público se alarma a la primera que escuchan un ritmo o un estilo ajeno a lo que ellxs conciban como “batalla de freestyle”, por eso Navas desentona mucho al que viene de paso, pero llama la atención al que seguirá aquí cuando esto acabe. Navas es un perfil de batallero jocoso, agresivo, excéntrico y arriesgado, su estilo de rima choca de frente contra el oponente de turno, y se apoya en múltiples recursos literarios para darle la vuelta a sus rimas consonantes y asonantes, siendo la última su sello característico, pues lo lleva a un nivel que es bastante curioso de oír. Aunque él claramente no es el primero y a gustos colores, ni siquiera el que mejor lo hace. Yéndonos solo un poco atrás en esta cronología mal hecha que planteo, en la época del Quinto Escalón un perfil como el de Klan era sumamente disruptivo, y aunque el público que presenciaba su magia quedaba sediento de más, el odio a sus formas no era menos protagonista, y se le juzgaba mucho el cómo la soltaba, y bueno, el tiempo ha pasado y Klan sigue siendo una bestia de las plazas, y un ícono de agresividad y puesta en escena que no muchos no han sabido replicar, por no decir casi ninguno. El llevar la rima a lugares extraños y enrevesados es lo que ha hecho que el estilo de rapear haya evolucionado con el paso de los años, pero parece que hay gente que no lo entiende, y eso es porque no se interesan por este movimiento. De interesarse sabrían que por ejemplo el zaragozano Kase.O ya en los noventa era un ícono de la rima loca, o el mismo Mucho Muchacho de 7N7C, o incluso Kamikaze de CPV, estilos que abordaban la rima desde la pura experimentación de conseguir la forma más loca con la que expresar sus sentires, rimando de manera compleja, o abordando su propia historia desde el no rimar, el verso libre, porque desde que la poesía es poesía, el no rimar o verso libre es insigne protagonista.

    Todo esto de la disección de las rimas ha supuesto una polémica que se ha hecho una bola de nieve que no ha parado de crecer, que ha sido orquestada en su mayoría por el ego del consumidor promedio de batallas en España, y que sinceramente no entiendo. Por ejemplo, la utilización del término “disonante” para referirse a la “no rima” o verso libre es una cosa que me saca de mis casillas, porque la utilización del término solo corresponde al intento de “ponerle nombre” a algo ya existente y con palabras que contienen una descripción mucho más exacta. Vamos que las “disonantes” solo son el intento frustrado de varones españoles consumidores de batallas queriendo hacer oda a lo muy selectivo y distinto de su criterio, fallando en el intento porque se topan con que su “invento” ya existía, y que solo es cortina de humo para no hacer mención de los distintos recursos literarios que se han usado en la poesía y el rap desde el momento uno. A eso que le llaman “disonante” no es más que la utilización de la rima asonante, la paranomasia, aliteración y demás recursos en los versos improvisados, y eso no es nuevo, es como descubrir que el agua moja. Una obviedad quizá no tan obvia porque vuelve y juega, sé que los consumidores de batallas no son necesariamente vividores de la cultura hip-hop o consumidores acérrimos del rap, eso se nota, pero coño, la consecuencia de tratar de manera superficial un movimiento con tantas capas es que concluye en malinterpretaciones de este estilo. Por ejemplo, en la actualidad una de las cunas con mayor prospecto nacional e internacional con respecto al rap, y siendo el caso, de batallas de freestyle ha sido sin duda Argentina, que ya llevan varios años siendo el modelo a seguir idóneo de cómo mantener la vuelta real y con sentido, y con todo este bodrio de polémica con respecto a lo que rima, lo que no rima y demás, Argentina se mantiene como una de las plazas con mayor sentido de la experimentación y búsqueda de formas nuevas, y esto se refleja tan sencillo como meterse en el canal de Élite Free y ver alguna que otra batalla, por mencionar una de tantas competencias, (S/o a S. Saga que fue quien me recomendó esa merma). Perfiles como Mudolamugre, Esteban la Fiebre o Ramiro la cabra son tres ejemplos de aquello que tanto se critica en la conversación batallera actual, Mc´s que se desligan de la rima para experimentar y dejar fluir su imaginación a recovecos donde el punchline no necesariamente es la meta, pero que paradójico, terminan siempre dando golpes sorpresivos que mantienen al público expectante y con ganas de más, y esto es algo que siempre va a vivir en el adn del rap, mientras haya gente con la necesidad inherente de llevarlo o acceder a otro nivel.

    Y bueno, quisiera concluir aclarando que concibo toda esta conversación como un “efecto mariposa” porque me parece interesante como el hip-hop ha mutado a niveles que es difícil concebir a veces. El cómo una película salida hace 23 años fue la chispa que impulsó lo que veinte años después se consolida como uno de los movimientos con mayor repercusión en la actualidad. Cómo un día salió una película que hizo que una empresa se interesara por el arte under y años después se posicionase en la cúspide del mainstream. Que se pueda expresar en una premisa que la evolución del rap ha sido desde Eminem a Navas o los muchachos de la Élite, es cuanto menos curioso, una premisa que guarda veinte años de evolución en cuanto a las competencias, los estilos de los Mc´s y el hip-hop hispano como cultura. Porque agrego también que a mi no es que me moleste precisamente que el consumidor de batallas promedio desconozca todo del hip-hop como movimiento, me incomoda que sin querer entender dónde están parados lancen a diestra y siniestra sus opiniones sin fundamento, porque termina pasando lo que pasa. Al final el hip-hop por más mainstream que sea actualmente, sigue siendo una cultura que en su interior abraza siempre al nicho, y el tiempo mismo siempre ha sido filtro para decir quien lo tomó como moda pasajera y quien siguió ahí con los años, así que ponerme a juzgar con el dedo al ignorante es tiempo perdido, el hip-hop mismo se encarga de esto. Dicho esto no desconozco el peso que han supuesto las batallas para la expansión cultural del rap en el mundo, sobre todo a nivel hispano, sin duda han sido las culpables de que esto se masifique al nivel de llenar recintos de 20 mil almas en un mismo espacio esperando sus batallas. Pan y circo para los más críticos, una oportunidad de hacer llegar gente nueva que realmente le interese la vuelta para los más esperanzados, y dicho esto concluyo con que, en general no solo en el rap o hip-hop, hay que entender desde la curiosidad y las ganas de saber más, no solo quedarnos con lo que nos dicen que es, sino de manera propia buscar educarnos y lograr concluir en un criterio sólido, fundamentado y propio para que cuando nos pregunten el porqué de las vainas, no quedar en el aire con la baba guindando.

     

    Eminem es pop.

    Gabriel Hostos

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