Color Barrón

¿Por vos, por el todo o por las partes?... Ya no sé por cuánto y cuántas veces bajé otro escalón al infierno degradando mi criterio en tu picarda naturaleza, buscando una puerta arriba con entereza. Vos empezaste desde arriba jugando con todo lo que no entendía y seguiste así hasta que desaparecieron los días.

Nunca un punto siempre una coma ante tu "quedate" "valoro" y ... qué otros no se esforzaban nada, tijera tijera, y al final lo tenían todo. Nunca te lo dije pero que rabia e injusticia me da. No me estimas, me lastimas. Yo no puedo creer lo que siento después de que todo me has quitado. Realmente puedes leer lo que escuchas de tus propios labios. No me conoces de verdad. No quiero esto. Podría redactar cientos de poemas y no tanto.

¿Sabés cuántas veces te abracé aunque pudieras verme helado? ¿Peleaba solo?

No me interesa hablar con cuidado de no quemarme en el dolor porque hablé tocando sin tocar y mirando sin mirar tantas veces que no lo quiero más.

Si querés pensar que cenaremos juntos dónde tu vulnerabilidad sea la mia y tomemos unas copas sin antes, un mazo ante tus cejas. No será tu memoría física, pero es la mía.

No quiero más de tus estrategias, tus trucos y tretas. Que lo que me sacaste me devuelvas. Me cansé de agrietar inutilmente el silencio acerca de cómo eso embarró la cancha, jodió a vida y sos un cabrón y es cierto. Simplemente te imagino sonriendo ciegamente entre el barro y las luces en el medio de un montón marrón. Y también la embarré para cuidar todo y a los dos, hasta que el barró nos tapó la cabeza pero vos saliste a flote y yo no. Ahora todo se volvió color barrón. Lo único claro es lo que en verdad pasó.

Y estoy haciendo un gran esfuerzo por no pensar con los latidos de mi corazón. A pesar de, es exactamente lo que hago y muy mal desde que te llevaste mi caja con todas las cosas. Mi vida con todas las otras. Tus huellas lo hacen y lo hacían. Atropellan el pensar y enmudecen lo relevante en el alma en simpatía. No dejan dormir ni vivir. Y no quiero empezar lo que no terminé nunca en este existir.

No me gusta jugar con la cancha marcada y por varias razones, incluso esta. Si lo está.

Te quiero encontrar en un café de las 6 y media en la intersección favorita de Cabildo y Juramento, que la música vuele en el aire un momento. Aún me ocupa el corazón y el deseo esperarte para que llegues algún día y tengamos la conversación que no tuvimos nunca. Como corresponde, que rindas cuentas en serio y que yo no interrumpa el silencio de tu voz para contestar con esquivos o aburrirme de los entretenimientos de lo que lacera un dolor vacío. Que no se me vaya la mente dónde te ocupa ir a buscarme, aunque sea lindo que trates de encontarme.

Que hagas algo, que demuestres que esto no es tan trágico como cada que me mostraste descartable, reemplazable, un conjunto íntegras nadas partes. Me decías sincero pero mostrabas concero especial. Un deseo irremediable de la paz que contigo nunca llegará.