profiláctica defunción, atribulado por la calamidad espídica de óbitos en gravamen a mi designio inicuo, pérfido y siniestro es ineluctable morar escaramuzas hacia los duelos acibarados, franqueando la escisión hemática prorrogada al amnistiar aquello que yace abismal, sumido a través de una maniobra ruin, paralizando las vísceras manipuladas, carbonizando mi carnadura abstraída en las úlceras sanguinarias y pulverizando los huesos masacrados, precipitándome a los recovecos taciturnos con melancolía, ergo la filantropía no alfabetiza desasir linajes que engendraron a ti la savia vitalicia, suspendida al tronar con entelequias deshilvanadas para enmendar nexos nocivos.
ataúd de aprehensión a exequias, cual trotamundos he vagado a la deriva entre las anualidades sórdidas, abarrotando mis mohínos hombros achiquillados con la caja mortuoria algente, aterido en un velatorio acuciante al umbral de fisgoneos infantiles compungidos y pesarosos, ante el lacrimógeno padre batiendo con violencia iracunda la membranza, del yo socorriendo a quienes no me guarecían en asilo, vendando los agravios cruentos y resollando la indulgencia desidiosa que fructificaba en un mutismo sepulcral, ese que tajante sigue ultrajando mi categórica quimera de él justipreciando todo ahínco propio, urdiendo querencia en la estructura investida para abolir ensoñaciones ahora truncadas.
funeraria cremación, disgregado como una abominación caliginosa y errática he situado los retoños de flora lívida en diademas fúnebres, rimbombantes a mis palmas macilentas y trémulas, alicaído por el séquito de cenizas alquitranadas que obraron con tarareos disonantes, crepitantes en lo carnífice, vestigios escoltados por remanentes de la madre abstraída a la objetividad arisca contra un niño mendigo, conmigo suplicando en vicio de un hipar sollozante el regazo displicente que sádico me aniquilaba, privándome de caricias mimosas, enajenando mis capullos gangrenados sobre el signar y santiguar cristiano que no promulgaba, ambicionando cazar a partir de sus yemas ásperas ápices de amor.
espectral ruptura faculto corporeizar, quiebre fantasmagórico símil a las tentativas frustradas mías que en dueto tildaron de patrañas egoístas, quizás en este apartamiento de monólogos, cohabitando medio a medio en febrículas y náuseas encadenadas a tan sólo alaridos filarmónicos, he sacrificado mi postrero optimismo consanguíneo a las bestias indómitas, con el dedito ya no tapo el sol, sino que en lamentación suspirante por mi nacimiento subitáneo como el enrevesado primer tercio, papá y mamá de abulia novata, tanto inexpertos como insensatos; <les perdono y ruego perdón, siendo un hijo padecedor de zopencos achaques almáticos>.
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