cruenta emotividad tiranizada en disociativa amnésica limítrofe, psiquismo patógeno a mí siendo huésped fulminado ante la indefensión resiliente, quebrantado evacúo paradójico las conmemoraciones agraciadas a través de las deidades edulcoradas, obsequios hieráticos son abolidos como inmolación al franquear calamidades infaustas tatuándose ilícitas en la dermis, al enceldar los pragmatismos jubilosos y vivarachos ligados a un corsé de presunción psiquiátrica con ingenuidad opresiva, íntimos al cuarteto de paredones laberínticos cerebralmente emboriados por estigmas, y pese a ello la reminiscencia meliflua de aquella bendición acribilla mi entidad, dedicándome el alba en sedación.
perjuicio alacrán advierto en privación unigénita aberrante, criatura timorata abastecida tanto en mantos nivosos, luceros vastos y orejas en menudencia mimosa, como la quietud enajenable que me cedía amartelada sin afanes avariciosos, metamorfoseando hacia la predilección de mis amoríos, era fidedigna eternidad la víctima difunta quien combatió en oposición con la rastrera progresión teórica del tiempo, descuartizando en su óbito la relatividad gravitacional del cosmos, compendiada a una frágil anatomía y cincelada a mi percepción espacial nata, dentro de la cual se inmortaliza entintada tal cachorrita de alcurnia idílica, al conferir huellas iridiscentes contra el glacial corazón infantil que se me averió en pretérito.
falaz optimismo cadavérico en ficcionales utopías inexorables, profanados yacemos ella y yo pluviosos en la masacre pérfida a la delusión de una incondicionalidad sempiterna, ideario donde en alegoría apasionada idolatraba mis extremidades álgidas al brindar sus patitas formidables y recias, domando recovecos inhóspitos con pacifismos, a posteriori de cada ímpetu hirsuto de la cimentación errada en mi propia obra, secuela contingente favorecida al atisbar los correteos y saltos recatados por esa eminencia amante purificada en dirección a mi rostro, pronto empapado al ornamento de ofrendas húmidas y el dejo de un hálito tibio, hocico contra nariz, protegiéndome ante la esencia futurista predictiva de carantoñas eventualmente lastimeras.
sepultura uliginosa empantana el palar de acero abominable, princesa agónica siempre inmiscuida en mi dormitar huraño a base de lamidas furtivas y ronquidos bullangueros, replicados allí con mis risotadas cómplices por tu audacia hilarante, en madrugadas ocres complementando el epílogo de toda naracción, semejantes a la velada donde le sostuve y halló cuna su facie envejecida entre palmas trizadas de adiós, excavando el postrero padecimiento de un amor violento, rogando en besos y vocablos apesadumbrados que por favor, partiera, libertaria del martirio que le era vivir con trece años, fraternizando junto al traumatismo atosigando desprendernos del otro y a cabalidad, ahora que la tierra en rocíos nos disgrega disipando sus patitas a la penumbra de mis pies desnudos, ansío rememorarla para retribuir a la colita danzarina que meneaba hasta agenciar cercanía mimetizando melodías, habita cada ínfima partícula de lo que me conforma con un suspirar; confieso <que no quiero y temo olvidarla>.
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