CLICK to be saved!

reconciliación viciosa agencio, a la transgresión de pecados maniáticos y nihilistas que adepto he perpetrado, yerro pesquisando habitáculos de redención, empero la sumisión acezosa me domina por el histrionismo capitaneándome, encandilado contra el padecimiento de una melodramática funesta, seduciendo a mis venas en sugestión del misticismo en que la sangre pulpea con éxtasis, puesto que codicio euforia para no claudicar inmerso al averno abnegado que me colisiona hacia el ímpetu de perturbación, detonando mi radicalismo displicente.

flagelante autodestrucción, masacrándome infligí laceraciones cíclicas exhortando distópicos paradigmas bárbaros, victimizado a través del férvido carmín manando, aprovisionándome con un dejo magnético y metálico, ante el cual mi lengua mordaz cursaba paralizando aquel correntío exorbitante, incinerando mi piel, amparándola en amalgamas apáticas, exóticas y vivificantes, efectuando artimañas a la fidelidad amodorrada en la que aún yazco entumecido, ultrajado morando lo íntimo del alma mía.

adicción férrea asilada, símil sucumbir sistemático y metódico doté a la licorería de menguada calaña, atiborrándome en sincronismo del elixir estupefaciente y psicotrópico fronterizo, eludiendo privado de comedimiento la imparcialidad abusada, apetecido de regocijos excitatorios efímeros, encomiando mi sistema en lo remoto a los adagios corrosivos tumbando ese cerebro carcomido, mediante zarrapastrosas larvas acribillando los tejidos hoy inertes en gracia del calvario que en usanza tortura y quizás, para entonces, instituía fe fatídica para expirar en sobredosis al límite.

fulminantes amoríos, a la violencia bestial de una psiquis intrépida por doblegarse ambivalente hasta el primor artificial de tópicos románticos déspotas y purulentos, fui poético boceto faldero amartelado por la melosidad de extremidades ceñidas a mi corporalidad como estacas putrefactas fracturándome, rogué incrustarme las espinas de resurrección en labios cómplices que denigraban mis sollozos, asesinando la salvación en mí, deglutí en lealtad fraudulentos compromisos de anatomías fundidas a mandíbula apedazada con indolencia, indigente legando mi carne por el mísero firmamento sideral del que ahora no aprecio autenticidad.

cautivación idílica rehúso, sórdidos son mis bramidos de auxilio implorando limosna donosa en benevolencia e intelección, lloriqueando excepciones vinculares no tibias que sustenten mi tétrica presencia lacrimosa, en tanto muto al retoño fúnebre sin hogar para medicinarle y sanarle, aunque éste precise renacimientos milagrientos a partir del fango adosado a la médula lígrima, aquí alguien aspira a ser redimido, emancipado y sin embargo, se contempla aislado sin más que artilugios desvalidos. lo hago; en cámara lenta me rescato en mi corazón <o así lo pretendo>.