Que lindo es el cielo, celeste y blanco, se pinta de naranja al atardecer y de negro al anochecer.
me encanta verlo, contemplativo en un mar de pensamientos, disociarse de una realidad fabricada y diferir del yo pasado.
Que ganas de ser una nube, flotar sin preocupaciones, sin necesidad de preocuparse, libre y constante.
Las estrellas que brillan más y más mientras me alejo de la ciudad, en las sierras es donde más brillan, me llenan y me rebosa el alma de felicidad.
La luna es la eterna enamorada, la sigo con la mirada atónito ante tal magnificencia, quedo hipnotizado cada vez que la veo.
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