Christian Horner y su caída de gracia: ¿Por qué su despido de Red Bull llegó un año tarde?
Jul 9, 2025

¡Paren las prensas! Christian Horner fue despedido después de 20 años como Team Principal de Red Bull Racing. Pero para muchos que vimos esta saga — casi titánica — la única sorpresa fue ¿por qué demoraron tanto en mandarlo directo a casa? En un deporte donde la imagen lo es todo, siendo tan importante como la velocidad, la decisión de Red Bull de finalmente separarse de Horner parece ser un movimiento quirúrgicamente calculado que prioriza el rendimiento por sobre los principios. Y ese es precisamente el problema.
UN AÑO TARDE: CUANDO EL RENDIMIENTO SUPERA LOS LÍMITES MORALES
Seamos honestos sobre la línea de tiempo. En Febrero de 2024 aparecieron noticias que Red Bull estaba investigando a Horner debido a denuncias de comportamiento inadecuado por parte de una colega femenina. La denuncia fue olvidada y guardada en el cajón de los cachivaches, pero el daño a la reputación de Red Bull, y aún más importante, el mensaje que enviaban como una organización que validaba y valoraba a las mujeres, ya se había ido al tacho.
Sin embargo, durante este período, Max Verstappen declaró en múltiples ocasiones que su relación con Horner se mantenía “excelentemente buena” a pesar de saber en primera persona de las investigaciones con respecto al comportamiento de su jefe.
¿Por qué necesitó Red Bull tener dificultades en el track para finalmente ver y objetivar a Christian Horner como un problema? El RB21 simplemente es lento como una ostra, con una desventaja de aproximadamente 0.3 segundos con respecto a McLaren en una quali promedio durante la temporada 2025, y aún más durante Silverstone la semana recién pasada. Verstappen claramente estaba luchando con el control del auto durante las primeras vueltas del British Grand Prix mientras le resultaba imposible aguantar a Oscar Piastri, antes de finalmente terminar haciendo flor de spin en la salida de Stowe, un error rarísimo que gritaba horrores de lo dificultoso que es manejar y conducir el RB21 incluso para un piloto talentoso y veterano como Max Verstappen.
Así que la salida de Horner después de una desastrosa primera mitad de la temporada manda un mensaje tan claro como problemático: el rendimiento prevalece sobre las obligaciones morales. Cuando Red Bull estaba ganando campeonatos, estaban dispuestos a capear el temporal de controversias asociadas a su Team Principal. Pero en el momento que su monoplaza se asemeja más a un tractor que un F1 y deja de ser competitivo, el liderazgo se convierte en moneda de cambio prescindible. Es un cálculo que refleja los problemas más profundos del deporte con la responsabilidad y los valores.
Para las mujeres en el automovilismo, ya sea el paddock, los motorhomes o las tribunas, este momento es particularmente irritante e incómodo. Sugiere que nuestras preocupaciones, nuestra seguridad y nuestras voces son secundarias frente a los timetables y los podios. Esto no solo es una mala imagen para Red Bull, sino que sienta un precedente tremendamente perjudicial para todo el deporte.
LA VARIABLE VERSTAPPEN: ¿SE QUEDA O SE VA?
Acá aparece la pregunta del millón de euros, dólares, pesos, o la divisa de su preferencia, que define el futuro de Red Bull. ¿Qué hará Max Verstappen? Todo indica que el cuatro veces campeón de Fórmula 1 se quedará en Red Bull hasta 2026, pero el panorama ha sufrido un cambio fundamental.
Por una parte, Verstappen tal vez vea esto como una oportunidad para comenzar y liderar una nueva era en su vida deportiva. Red Bull necesita desesperadamente de su expertise y experiencia para volver a jugar en los primeros lugares del podio del domingo y hay algo atractivo y cautivante en la narrativa de un campeón que reconstruye a un gigante caído (a-la-Alex Albon, llenando de puntos a un alicaído Williams durante la segunda parte de 2024 y la presente temporada 2025). Pero es igualmente probable que Max vea en medio de este caos su oportunidad para probar algo nuevo. El asiento principal de Mercedes junto al novel Kimi Antonelli de pronto luce como una opción mucho más segura, interesante y sana. Toto Wolff ha pasado años cortejando a Verstappen, tanto que la mismísima Lady Whistledown tendría que aplaudirlo desde algún rincón de Mayfair. Además que la estabilidad que representa y presenta Mercedes, junto con su resurgimiento durante las últimas temporadas, podría ser precisamente lo que el neerlandés necesita.
También está la cuestión del legado. ¿Quiere Max Verstappen ser recordado como un piloto que fue fiel como un perro a un equipo problemático o quiere ser el que tuvo la valentía de buscar nuevos desafíos? En un deporte donde las carreras se miden en décadas, no años, esta decisión resonará a lo largo de la historia de Fórmula 1.
¿REINVENCIÓN O MÁS DE LO MISMO?
Tal vez el aspecto más intrigante de este entuerto es la oportunidad que actualmente tiene Red Bull para reinventarse completamente. Laurent Mekies, quién estaba a cargo de Racing Bulls, reemplazó a Christian Horner con efecto inmediato. Esto representa la oportunidad de deshacerse de la reputación de chicos malos del grid que ha definido a Red Bull por años.
Bajo el liderazgo de Mekies, Red Bull podría transformarse de un equipo que juega al borde de las reglas y la controversia a una organización basada en principios y respeto. El mundo de la moda nos ha enseñado que un rebranding no sólo es cambiar logos, sino que se trata de cambiar fundamentalmente la cultura intraorganizacional. Ante la caída de las ventas y las críticas a su marketing, Victoria’s Secret emprendió un importante proceso de renovación de marca para promover una mayor inclusión y diversidad, alineándose con las expectativas de sus consumidoras. Red Bull tiene la oportunidad de demostrar ahora que puede ser un equipo exitoso y tener una sólida base moral.
¿La pregunta es si aprovecharán esta oportunidad o volverán a sus viejas costumbres que todo les chupe un huevo? ¿Seguirán priorizando los triunfos a cualquier precio o reconocerán que para construir éxito a largo plazo se requiere construir una imagen que atraiga y retenga a los mejores talentos, independientemente del género?
EL CUADRO COMPLETO
Este momento representa más que un diezmo de personal y un cambio en las direcciones de Red Bull; es un reflejo de la lucha continua de F1 por su propia identidad. El deporte es más global, más diverso, y más criticado que nunca. Los equipos no pueden operar en las sombras, tomando decisiones basadas solamente en el rendimiento mientras que ignoran sus responsabilidades fuera del track de turno.
Para Red Bull, la salida de Horner ofrece un reset. Pero solo si están dispuestos realmente a abrazar el cambio. La industria de la moda nos ha demostrado que la autenticidad llega a las audiencias muchísimo más que una controversia fabricada en la sala de reuniones de alguna agencia de relaciones públicas. Red Bull tiene hoy la oportunidad de liderar con el ejemplo demostrando que un equipo puede ser competitivo y tener principios.
La prueba real será si este cambio representa una evolución genuina o es simplemente una medida de control de daños. Como alguien que se mueve tanto en el mundo de la moda como el deporte automotor, puedo asegurarles que las audiencias son cada vez más sofisticadas e inteligentes pudiendo detectar cambios auténticos a kilómetros de distancia, así como notar PR stunts aún más rápido.
El nuevo capítulo en la historia de Red Bull comenzó hoy. La pregunta es si la escribirán con la misma desprolijidad que los metió en este lío o tendrán la valentía y el coraje de construir algo mejor. Por el bien de todos los que amamos este deporte, y especialmente por las mujeres que merecemos algo mejor, esperamos que elijan sabiamente.
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