no encuentro reflejos
no encuentro puentes
no encuentro pieles
no me llenan las palabras
no despierto más puro
no me limpia la sal
vuelvo a nacer entre costras
se me cansan los colores
mi dedo se ha descompuesto
en el mismo sonido
de la misma tecla
no me alcanzan los sueños
de mí sólo recuerdo
lo que me quitaron
de mí sólo queda
lo que salvé del fuego
se deterioraron mis extremidades
y alguien más las observa
desde sus ojos nacen carencias
en mí no encuentran
más que flagelo intervenido
por mareas que blancas perduran
en uno en dos en tres tiempos
luego se escurren
sobre mi paladar mis dientes mi mordida
violenta frenética hambrienta
pero no tengo más bocas
más lenguas más senos
más tiempo más decadencia
pariste muerte y a la misma mañana mi cuerpo
pariste hongos camuflados en flores
pariste larvas y veneno
me diste el fruto aún en el césped
aún de rodillas ante mi libertad
reemplazaste hogares por infiernos
amores que no soy capaz de complementar
vidas que me sofocan
noches que me ahogan
arrebatalas desde mi ceniza
haz de mí sólo alma
escabulleme entre las paredes
de esta casa de ese departamento
que hambrunas me han quitado
con ruidoso amor
recorre la propia historia
hasta que más no duela
hasta que la culpa
el bien y el mal
se suiciden sobre mi cabeza
abre los cofres
que nunca atreví
di sobre mí
la mentira de mi bondad
de mi clemencia
amarra a mis pies pájaros
alas, el sentido de la inocencia
cuida que a mi boca no entren palabras
que se apiaden de mi brote terrorífico
permite a la astucia devorar mis manos
déjame contemplar desde el vacío
al fin descansado.
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