Eres veneno y eres cura,
la herida abierta y la sutura.
Me arrancas el alma en un beso,
me clavas espinas con un "te quiero".
Tu amor es un filo que corta despacio,
una soga atada a mi cuello cansado.
Me miras, me quemas, me arrastras al fondo,
pero sin tu fuego me vuelvo escombro.
Grito tu nombre y nadie contesta,
es un eco sordo en mi propia celda.
¿Quién soy sin esta jaula dorada?
¿Quién eres sin mi piel marcada?
Si me sueltas, me desangro.
Si me quedo, muero en tus manos.
Así danzamos en esta ruina,
amándonos hasta la asfixia.
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