hace mucho tiempo mi amor solía vivir en un castillo de princesas
un día fui exiliada de él y con mucho dolor me vi en la obligación de armarme uno con lo que tenía a mano... arena.
cada granito significaba tiempo, significaba lágrimas, significaba humillación, significaba rechazo, significaba inseguridad, significaba insignificancia, significaba inferioridad.
pero sabes que era lo que le daba firmeza a ese castillito de dolor? las ganas de salir adelante. Las ganas de habitar un nuevo hogar. Las ganas de volver a conocer la luz.
tiempo después, llegó un príncipe... y cuando sentí que mi castillo no podía ser mas firme, él trajo amor. Era lo que este cuento necesitaba. Nada podía derribar todo eso.
estaba equivocada. Bastó un soplido para que todo mi trabajo se viniera abajo.
¿El viento? ¿La lluvia? ¿Un huracán? Nada de eso.
Él.
el derrumbe fue total. Cuánta frustración volver a empezar.
si algo aprendió la princesa es que es hora de cambiar los materiales: probemos con ladrillos. Y con un hermetismo total.
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