Castigo de Dios.

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☆☆La Gaceta del Nilo☆☆

"Se buscan trabajadores para construir una pirámide.

Preguntar por Keops".

Quizás, de haber sido así la cosa, la maravilla del mundo jamás se hubiera alzado en el horizonte.

Al parecer hay empresarios hosteleros que no encuentran camareros.

¿Se precipitaron al montar su negocio?

Imaginemos que hubieran querido que el plato estrella de su local fuera el unicornio rosa al horno de leña del Árbol de la Ciencia con aroma de Cabello de Ángel Caído. Lo mismo a la hora de abrir se encuentran con que no hay materia prima.

Pues eso puede pasar con las personas. Quizás no estén disponibles para lo que uno pretende.

El terrateniente podría encontrarse un día con que no hay operatorios que cultiven sus fincas, y, entonces, se dará cuenta de lo inútil que es tener tanto terreno para él solo.

Esa es la fuerza que tiene el trabajador, su decisión de trabajo; aunque su debilidad también es mucha y si no usa de su esfuerzo, puede que no coma o no pague la hipoteca.

Los empresarios no son dioses, son personas que suelen necesitar a otras personas. Y unas y otras merecen respeto y buen trato.

Cuidado con dar por hecho que la gente es vaga. Que sea el empresario el que se cuide de montar un negocio que pueda llevar por sí mismo y así no tendrá problemas con los empleados.

O no pretendan esclavos.

Cada hora de vida es única y debería valer lo mismo para Felipe VI, que para el barrendero Amalio.

Digo yo.