Cartas que nunca te puede enviar

Hace días intento odiarte, busco entre el dolor como si fuera a resolver mis interrogantes, no puedo comprender cómo amarte significa tantas cosas en simultáneo, en como amarte era poder con todo y con nada en la mañana, vivir y morir, comprensión infinita, malentendido constante, un eterno renacer. Quiero que no existas, poder olvidar las noches en vela, el mundo que se siente agigantado, tu desprecio, llorar entre risas, tu voz fría, la falta de deseo. Pensar en vos es evocar el rechazo constante, creer a mi amor mediocre solo porque vos no lo querés y recordar todas las veces que yo no me quise. Pensar en vos es recordar todas las veces que alguien se fue, no sé si todavía te quiero o solo me acostumbre al dolor de tu ausencia, hace semanas que no te hablo porque comprendí que no podría recolectar vocabulario que te haga quedar, que no soy tan mística y no cargo tanta magia. Siento que nunca me voy a recuperar porque quererte fue antes y después, fue castigo como bendición, nadie me ayudo tanto a reconocer mi vulnerabilidad, me hiciste tocar las puertas del cielo y no poder entrar. Mi mayor angustia es no poder diferenciar que fue verdad, sentirme perdida en los recuerdos, me pregunto si te pasa lo mismo, si también tenes miedo de olvidarme, si pensas en la sensación de mi mano sobre tu cuerpo, recuerdo como amarte en primera instancia fue terror, sabía que amarte era afrontar la necesidad de hacerlo para toda la vida, otras de mis causas perdidas.