Carta para alguien presente.

A veces te miro y me pregunto de qué material estás hecha. Te veo estar presente en todo, llegar a salvarme, sostener mis problemas como si no tuvieras los tuyos, y me da una mezcla de orgullo y una vergüenza que me quema por dentro. Me da vergüenza admitir que, mientras vos sos un motor que no para, yo a veces me siento un engranaje oxidado. Me encantaría estar igual de presente, poder ser ese auxilio constante que sos vos, pero simplemente no me da la capacidad. Siento que mi presencia tiene un techo bajito y el tuyo roza el cielo. Gracias por no soltarme la mano aunque yo no sepa cómo alcanzar la tuya. Pero prometo en algún futuro poder devolverte cada gesto, cada auxilio, cada presencia y estar ahí como estas vos para mi. Gracias por ser mi mejor parte, aunque a veces me duela no saber ser la tuya.