Hola amigo,
Hoy nos vimos por primera vez después de mucho tiempo. Y quiero decirte que me hice la dura todo lo que pude. Estaba determinada a dejarte pasar. O mejor dicho, estaba muerta de miedo. No sabía qué posición era la indicada, qué distancia, qué remate de un chiste random que se dijo al pasar.
Cuando por fin me acerco e intento contarte buenas noticias, solo tenes la burla y el cuestionamiento de respuesta. Como dice un hitazo pop del momento: heartbreak is one thing, my ego is another. No puedo creer que no te alegres por mí. ¿Te alegraste por mí aunque sea un poco? ¿No te acordás todas las veces que hablamos de que tenía que dejar mi trabajo? ¿De lo mucho que tenía que dedicarle tiempo a mi arte?
Termino ojeando la carpeta de fotos que nos pasas y una vez más tengo el privilegio de ver el mundo a través de tu lente. De tus ojos. Noto que nada mío aparece en ese mundo. Es como si yo sola recordara que fuimos amigos. Como si yo no importara, o nunca hubiese importado.
Claro que la selección de fotos que hiciste no se basó en excluirme como objetivo, no me creo (tanto) el ombligo del mundo. Pero ver algo de todos en ese recorte de tu vida y no encontrarme fue una trompada de realidad. Volví a estar presente: ya no somos amigos.
Y me duele. Quisiera que me busques, que me abraces, que nos riamos de nuevo. Quisiera que quisieras volver a ser mi amigo. Porque yo lo quiero. Te quiero, y te extraño. Pienso en todas las cosas que quiero contarte y compartir con vos. Y también pienso en todas las que compartirías conmigo. Me duele perderme tu vida. Me duele el hueco que dejaste en mi pecho cuando te fuiste sin avisarme.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión