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Carta abierta al tumor de Papá

Juampi

Jun 24, 2025

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Carta abierta al tumor de Papá
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Carta abierta al tumor de Papá

Querido tumor:

Sí, querido. Porque aunque al principio te odiamos, con el tiempo te volviste parte y entraste, junto con O'Connor, Diego del Fleming (creo que se llamaba así el de recepción) y muchos personajes más, a nuestra familia.

Hace exactamente dos años te apareciste sin invitación, como un colado en una fiesta familiar. Fue un viernes de junio en el que estábamos esperando los resultados del estudio de papá y, de golpe, estábamos todos hablando por videollamada para que nos cuente que tenía un intruso en su cuerpo. Te metiste sin permiso en el cuerpo de papá, dejaste unos amiguitos en su hígado y entraste en su vida. Ya sos parte de esas cosas que lleva todos los días: su mochila llena de bolsitas con Marlboro Box, alguna botella de Pepsi o Coca, su teléfono, la billetera y su fiel pelotita de tenis, que siempre está al servicio para calmar la ansiedad. Nadie te pidió, nadie te esperaba. Pero ahora que cumplís años, tengo que decirte algo que jamás pensé que te diría: gracias.
Gracias por haber detenido el tiempo. Por obligarnos a frenar, a mirar, a abrazar más fuerte, a reír con menos pudor y a sensibilizarnos mucho más. Gracias por haber hecho que papá, ese ser de energía positiva y sonrisa eterna, se convierta en un imán de amor, de homenajes y de lágrimas felices.

Gracias, tumor, porque gracias a vos fui a Barcelona y al Mundial con papá y Juan Ignacio. Fue volver a tener dinámica diaria, 24 horas con él, ver cómo va construyendo rutinas nuevas, retomando rutinas que había dejado de su anterior viaje a Barcelona, como los croissants de Hofmann, y continuando con rutinas que no deja, como esos jugos frutales ultraconcentrados y sus frenadas para fumar (nunca fuma caminando). Él, con su humor negro de siempre, decía que lo llevábamos “como última voluntad”, y que fue nuestra mejor excusa para viajar.

Gracias por cada carta que le escribieron, cada comida sorpresa, cada aplauso de pie que recibió en vida. ¿Sabés lo raro que es eso? Que a uno lo homenajearan antes del velorio. Es que, en realidad, el velorio ya lo tuvimos en esa tremenda clase con toda la cancha de hockey llena de gente que lo quiere mucho. Esa clase fue una demostración de lo que fue, es y seguirá siendo. Le dedicó tiempo y energía a la gente sin importar quién era. Lo homenajearon los mejores y los peores jugadores de la historia, todos con ganas de darle una alegría para arrancar este camino. Y papá lo vivió como lo que es: un rockstar con jogging y energía inagotable. Y claro, no podía faltar esa tirada a la pileta en pleno invierno. Era su forma de demostrarte que estabas adentro del cuerpo de alguien distinto a todos, alguien que no te iba a dejar la batalla fácil.

Claro, no todo fue fácil. Vos traés dolores, cansancio, bajones y médicos que solo Maqui entiende. Pero ahí está papá, haciéndoles chistes a todo el mundo, haciendo sus clases con la bolsita de la quimio y luciéndola como si fuese una cartera de Louis Vuitton. Poniéndose objetivos a corto plazo y yendo día a día, con el objetivo final de llegar a Miramar en enero.

Gracias, tumor, por mostrarnos que se puede ser alegre incluso cuando el cuerpo no acompaña. Que se puede seguir haciendo chistes negros con los amigos de siempre, que se puede hablar de la muerte sin miedo y de la vida con una ternura que no sabíamos que él tenía.

¿No te querés ir de ahí? Quedate. Pero sabé que él va a batallar siempre. Porque papá te ganó desde el día uno, cuando decidió vivir con vos como si no estuvieras. Cuando dijo que no iba a esperar resultados, sino a aprovechar oportunidades. Y vaya si lo hizo.

Así que feliz cumpleaños, tumor. Te odio, pero también agradezco. Gracias por enseñarnos a vivir el presente, a abrazarnos más, a reírnos incluso cuando duele, y por recordarnos cada día que la vida es un regalo que vale la pena disfrutar con alegría. Te voy a recordar como se recuerda a esos profesores que te hacían sufrir, pero que te enseñaban lo más importante.

Con cariño (y un poco de bronca),
Facu.

Juampi

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