cargo con una angustia,
vos sabés cuál.
esa que empezó una tarde de lluvia,
cuando pensaste que el amor
podía curarte.
te acordás, ¿no?
tenías los ojos llenos de promesas
y una fe idiota en las manos ajenas.
te escribo desde un después
que no imaginabas,
con el corazón gastado
como un zapato de tanto volver al mismo lugar.
te juro que todavía escucho ese tango
que te hacía llorar sin entender por qué.
ahora lo entiendo:
ya te estaba contando el final.
quisiera decirte que no te duela tanto,
que no intentes encajar en cuerpos
que nunca fueron casa.
pero igual lo vas a hacer.
vas a dejarte el alma en amores
que te miran a medias,
vas a creer que si das más,
por fin te van a ver entera.
y no.
no te van a ver.
porque nadie mira lo que se arrastra por complacer.
cargo con tu angustia,
la conozco de memoria:
esa ansiedad al esperar,
de imaginar futuros que sólo vos querías,
de pensar que si dolía era real.
te cuento que no,
que el amor no se mide por cuánto te destruye.
que hay abrazos que no piden perdón
y camas donde no tenés que explicar
por qué te temblás por dentro.
ahora camino sola,
a veces con miedo,
a veces con un fuego raro,
de esos que prenden en los ojos
cuando una aprende a quedarse consigo misma.
y cuando suena el bandoneón,
no lloro más:
cierro los ojos,
respiro,
y me dejo bailar
con la nena que fui.
porque sí,
todavía cargo con tu angustia,
pero ya no me pesa igual.
ahora la llevo como un recuerdo que canta,
como un tango lento,
de esos que se bailan sin querer,
pero con el alma entera.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión