he vuelto a cagarla contigo. Me da tanto miedo tú falta de habla y cariño que yo misma me desespero en recibirlo.
Puede que en el misma línea de poca firmeza al apoyarme en ti, mi energía pueda hacerte entender que no quiero que estés, me atormenta tu roce y a la vez lo deseo (huyo por no querer llegar a buscarte en su mirada) y entonces me dices que tampoco veías índice de mi para acercarte, estás equivocado: en cada pestañeo he gritado tú nombre, tan solo alza tus brazos y correré hacía a ti, quédate aquí otra vez te pido, déjame recordar todo tú rostro como es debido.
Te vuelvo a preguntar si te he molestado o incomodado y me respondes que no, me siento aliviada. Me dices que puedo acudir a ti y me abrazas / porque un abrazo basta con sanarlo todo, solo uno / y la ternura de aquel beso en la frente ablanda la tirantez de mis ojos, no hay lágrima caída al inundarme en aquella esencia tan reconocible por mis sentidos.
Me hago nacer en las caricias de tu despedida cuando te encuentras delante mío — ya sabes que yo siento un cariño más grande por ti por todo lo que hemos pasado — intentando explicarte, que te quiero cerca pero no podré decirte más que esto, no podré huir ni quedarme, tan solo escúchame lo que he podido llegar a hablarte.
No es tangible todo aquello que has llegado a oír de mí, faltan todos los te quiero que se esconden entre mis acciones, entre mi mirada.
Tan solo abrázame con el afecto de una compañera, no hace falta más.
Es en mis notas donde hemos tenido las conversaciones más largas y el cariño más recíproco.
Ahora tan solo quédate abrazándome.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión