Carta 4, tu libertad.

Tus ojos reflejan lo inmenso que es el mundo. Te ves tan sonriente, tan viviente.

Te ves tan bien. Te ves tan libre.

A mi me pesa el cuerpo, el tiempo y la mochila de mi espalda. Solías cargarla por mi con la excusa de que las princesas no debían cargar con tanto.

Mi caballero, quisiera verme como vos. Quisiera ser tan simple y tapar el sol con un dedo. Siempre fuimos diferentes en eso.

Mientras tanto, soy una loca que habla dormida preguntando por vos en sueños, es raro despertarme y no verte del otro lado de la cama.

Repleta de sueños diluidos, como verte ilustrando mis libros con ese talento innato que tienen tus manos.

Pero esto es lo que somos.

Porque soy una soñadora que durante meses planeó tu regalo de cumpleaños pensando que hoy te toca celebrarlo sin mí.

Hace un par de semanas decías que todo lo que querías estaba en mis ojos. ¿Tan rápido cambiaste de opinión?

Y hoy me estas borrando, como si fuera un dibujo del cual te pudieses deshacer pero yo tengo tu nombre como tinta en la piel, tengo tus dedos impresos en mi cintura como si pudiese repetir esa ultima vez.

Tengo tus mensajes, tus besos y tu voz en el pecho. Tengo tus cartas adentro del ropero.

Tengo todo lo que necesito, pero sin ti, corazón, siento que no tengo nada