mobile isologo
    buscar...

    Carpe Diem e Ikigai: Encontrando Sentido en lo Irrepetible

    Oct 5, 2024

    0
    Carpe Diem e Ikigai: Encontrando Sentido en lo Irrepetible
    Empieza a escribir gratis en quaderno

    Durante esos días en los que veo cómo el tiempo avanza sin vuelta atrás, me aferro con fuerza a la idea de vivir la vida como una oportunidad única e irrepetible. Conceptos como el carpe diem o el ikigai han enriquecido mi perspectiva, pero no los tomo como verdades absolutas. Me ayudan a conectar con mi propia idea de vida, una filosofía que, aunque no es completamente mía, está construida a partir de pensamientos, creencias y experiencias de muchos, incluyéndome.

    Por diversas razones, mi manera de abordar el día a día suele resultar controvertida. Cuando despierto por las mañanas y la luz del sol se cuela por la ventana, me invade una sensación de angustia, que instintivamente asocio a una frase:

    ¡No puede ser!

    La situación puede parecer exagerada, pero ya he identificado esta emoción en momentos anteriores de mi vida: trabajos que me producían estrés extremo, rutinas que sofocaban mi esencia, rupturas dolorosas o la pérdida de vínculos importantes, e incluso estudios universitarios que sentía como una traición a mí mismo. Este sentimiento es inconfundible porque siempre llega con la misma pregunta inevitable:

    ¿Qué estoy haciendo aquí?

    Es el grito de una parte de mí que ha dejado de pertenecer a ese lugar y clama por tomar acción. Dejar atrás lugares, personas, o un estilo de vida no es un proceso sencillo, sino una búsqueda dolorosa y prolongada, pero que trae consigo una inmensa sensación de alivio. Lo verdaderamente inquietante es haber reconocido este sentimiento al simplemente despertar, en el preciso momento en que tomamos conciencia de que seguimos vivos.

    Estos sentimientos de angustia, tristeza y vacío frente al desafío de vivir son más comunes de lo que pensamos, especialmente en personas que lidian con depresión, ansiedad o estrés. Sin embargo, no debemos limitar el diálogo sobre salud mental únicamente para empatizar con quienes padecen alguna enfermedad, sino también para comprendernos a nosotros mismos. Al analizar esta inquietud personal, y con el afán de hallar una respuesta —porque quiero seguir viviendo plenamente—, reafirmo una verdad que considero esencial: la vida que tenemos es única e irrepetible.

    El presente, tal como lo entendemos, desafía muchas creencias, ya sean trascendentales o contingentes, espirituales o sensoriales.

    Esto significa que, aunque alguien crea en la reencarnación o en la vida eterna, no tiene la capacidad de recordar lo que fue ni de predecir lo que será. De igual manera, quienes ven la vida como una única oportunidad para alcanzar una existencia eterna tampoco pueden viajar en el tiempo ni verse fuera de él.

    Lo único que podemos afirmar con certeza es que somos en el presente. Sabemos lo que somos hoy, y la vida, vista de esta manera, se convierte en una oportunidad irrepetible. Esta verdad debería impulsarnos a vivir con autenticidad y pasión. Somos los autores de nuestra historia, los únicos capaces de tomar decisiones que redirijan nuestro camino y hagan bailar nuestra alma.

    El carpe diem nos invita a aprovechar el momento presente, a vivir sin miedo ni reservas, recordándonos que el tiempo es efímero. Esta idea toma forma en la certeza de que debemos atrevernos a ser quienes realmente somos, sin esperar una segunda oportunidad. Tomo de él lo que me sirve: la urgencia de vivir sin postergar lo que realmente importa. No todo tiene que ser impulsivo, pero sí auténtico. Por otro lado, el ikigai nos habla de encontrar un propósito, esa intersección entre lo que amamos hacer, lo que hacemos bien, y lo que el mundo necesita. Sin embargo, no lo veo como una fórmula exacta, sino como una guía para recordar que la vida adquiere más sentido cuando nos conecta con algo que nos encienda por dentro.

    En esta encrucijada, siento que mi filosofía conecta: reconocer lo irrepetible de nuestra vida y vivir con pasión no es solo para nosotros, sino que tiene el potencial de impactar y trascender en los demás.

    Al final, mi creencia es que la vida es irrepetible y que debemos vivirla con autenticidad, permitiendo que nuestra alma baile en aquellos momentos, personas o actividades donde realmente sentimos que estamos vivos.

    Samir Jandar

    Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor

    Comprar un cafecito

    Comentarios

    No hay comentarios todavía, sé el primero!

    Debes iniciar sesión para comentar

    Iniciar sesión