El primer capítulo de El Gran Éxodo presenta un mundo futurista en el que la humanidad está dividida entre Marte, la Tierra y Areté. Este mundo ha sido moldeado por los efectos de la Gran Guerra, que devastó gran parte de la Tierra, provocando el hundimiento de Europa, África y Asia bajo las aguas. Ahora, los tres lugares principales donde los humanos sobreviven son Marte, la Tierra y la estación espacial Areté, cada uno con su propia estructura social y política.
La Tierra del Año 2345: Un Mundo Anarcocapitalista en Detalle
La Tierra del 2345 es un espacio radicalmente transformado, donde los antiguos pilares de la sociedad se han desplomado, y las estructuras del poder han sido reemplazadas por mercados y blockchain. Vivir en este mundo requiere una adaptación constante a la tecnología y a un sistema en el que todo está privatizado y regulado solo por contratos inteligentes.
El Día a Día del Ciudadano
En la Tierra, las personas ya no trabajan para el Estado ni están bajo la supervisión de burocracias gubernamentales. La vida está regida por los contratos y la competencia empresarial. Cada individuo posee una billetera virtual desde que nace, donde se almacena su dinero en criptomonedas que le permiten comprar desde alimentos hasta experiencias personales, como viajes espaciales o entretenimiento digital. Todo tiene un precio, pero también está a la venta.
Los ciudadanos se despiertan cada mañana con una notificación en su reloj o lentes inteligentes: un recordatorio de su estatus financiero. Mientras se visten, sus almuerzos automáticos son entregados por drones de empresas privadas, que se encargan de todas las necesidades alimenticias, desde ingredientes frescos hasta platos precocinados.
El desayuno nunca es lo mismo. Las decisiones de consumo están absolutamente centralizadas en plataformas de inteligencia artificial, que analizan las preferencias del usuario y le entregan lo que el algoritmo considera más adecuado para su salud, productividad o bienestar. Para algunos, es comida sintetizada; para otros, lo que la blockchain ha validado como un "alimento premium". Pero lo que nunca falta es un contrato inteligente que registre la compra.
Las Familias y la Vida Doméstica
Las familias son completamente privadas y autogestionadas, pero no exentas de las presiones del sistema económico. Si bien no existen políticas familiares o intervenciones del gobierno, las estructuras familiares siguen teniendo un impacto importante. Los niños, como Ariadna, nacen mediante reproducción asistida financiada por criptomonedas. Los padres eligen cuidadosamente las características de sus hijos, a menudo influidos por expectativas de mercado.
Las casas están completamente automatizadas. Las murallas son pantallas inteligentes que muestran desde propiedades inmobiliarias en venta hasta actualizaciones de mercado de valores. Las muebles ya no son estáticos, sino que se transforman según las necesidades del hogar, modificándose con simples comandos verbales. Si se necesitan más espacios para almacenar criptomonedas o más espacios para el trabajo, las paredes se desplazan.
A nivel emocional, la vida se ha transformado en una transacción constante. Las relaciones personales se negocian en plataformas, y el amor, el cariño, las amistades se basan en la reputación de blockchain y en las puntuaciones de compatibilidad generadas por el mercado. Las familias son cada vez más funcionales pero menos afectivas.
La Educación en el Sistema Anarcocapitalista
La educación es completamente privada, no existe un sistema estatal ni una regulación gubernamental. Las universidades, colegios y cursos online están regidos por empresas educativas. Cada estudiante tiene acceso a la educación personalizada, que es completamente accesible a través de plataformas de streaming educativo, donde se seleccionan los cursos según su valor de mercado. Los niños de clases altas, como Ariadna, tienen acceso a universidades de élite, mientras que aquellos de clases más bajas deben recurrir a cursos más baratos o incluso gratuitos, pero siempre condicionados por los contratos.
Los niños y adolescentes, desde temprana edad, son formados en el uso de tecnologías disruptivas: programación, administración de criptomonedas, análisis de datos, y sobre todo, inteligencia artificial. A pesar de la enorme competencia, la educación se considera un producto más, y los grados o títulos no garantizan nada. Las verdaderas oportunidades llegan con la reputación digital y la habilidad para negociar contratos.
La Tecnología: Semáforos, Autos y Más
El mundo está tecnológicamente avanzado, pero muy diferente al pasado. Los semáforos tradicionales han desaparecido. En un mundo donde la inteligencia artificial gobierna las calles, los vehículos autónomos coordinados por blockchain y IA se encargan de la logística del tránsito. Los semáforos, en su lugar, son interfaces invisibles en el aire que solo los vehículos pueden detectar, y las decisiones de paso se basan en la eficiencia y el tiempo real de tráfico.
La mayoría de los vehículos en la Tierra son eléctricos, autónomos y controlados por blockchain para garantizar que todo esté monitoreado, desde el consumo de energía hasta la velocidad máxima permitida. Las carreteras ya no están diseñadas para los autos comunes de antes, sino para sistemas modulares que pueden ensamblarse, desensamblarse y ser rediseñados según las necesidades de la nueva infraestructura.
Deportes: El Fin de lo Tradicional y el Auge de lo Virtual
Los deportes tradicionales, como el fútbol o el baloncesto, han desaparecido de las vidas de la mayoría de los ciudadanos, ya que las inteligencias artificiales predicen los resultados de cualquier partido de manera casi perfecta. Ver deportes se ha convertido en una forma de entretenimiento en vivo y personalizada, donde los aficionados se convierten en jugadores virtuales, participando activamente en partidos simulados o augmented reality.
Los nuevos deportes ahora son competencias digitales, donde se mezcla estrategia, habilidad y visión en juegos que tienen un impacto global, como competiciones de realidad virtual, eSports o incluso deportes espaciales simulados. Los torneos de videojuegos son tan populares como los antiguos juegos olímpicos, con premios en criptoactivos y reputación digital. Los fans son también jugadores, participando en ligas de realidad aumentada, donde pueden modificar las reglas de los partidos en tiempo real y competir entre sí.
Los Sueños: El Futuro de la Mente Humana
Una de las mayores innovaciones de la época es la manipulación de los sueños. Ya no es necesario esperar a que el cuerpo entre en fase REM para tener una experiencia onírica. Las tecnologías de proyección neuronal permiten a los ciudadanos ver y crear sueños a su gusto, modificándolos, compartiéndolos o almacenándolos como si fueran vídeos. Estos "sueños a demanda" se comercializan y se utilizan tanto para entretenimiento como para terapias o recuperación emocional.
Al igual que una película o serie de televisión, los sueños pueden ser interactivos. Uno puede experimentar vivir en otro cuerpo, hacer deportes imposibles, experimentar el pasado, o incluso viajar a Marte sin moverse de su cama. Cada sueño tiene un valor en criptomonedas, y los ciudadanos negocian con ellos de manera similar a cualquier otro producto de entretenimiento.
La Desaparición de los Medios Tradicionales
Los noticieros tradicionales han desaparecido. En su lugar, las plataformas de streaming y los canales de noticias descentralizados toman el control. Aquí, cualquier persona puede ser un periodista, pero las audiencias son las que deciden si esa información es relevante, importante y válida. A diferencia de los antiguos medios, ahora se vive en una burbuja informativa personalizada, donde las noticias se filtran y se entregan solo según las preferencias e intereses del usuario.
La Tierra del 2345 es un lugar donde la libertad es más absoluta que nunca, pero también está marcada por la desigualdad y la incertidumbre. Los ciudadanos tienen control total sobre sus vidas, pero ese control viene con el costo de estar atados al mercado, a la blockchain, a la cripto economía, y a un sistema de transacciones virtuales que determina cada aspecto de su existencia.Es un mundo donde la privatización ha sido llevada al extremo, y donde las decisiones políticas se toman por la voluntad de quienes pueden pagar por ellas. En este sistema, Ariadna lucha por encontrar un equilibrio, por entender cuál es la verdad en un mundo donde hasta los sueños son negociables.
El Mundo Sumergido
Después de la Gran Guerra y las guerras nucleares, gran parte de la Tierra quedó destruida, y Europa, África y Asia se hundieron en el mar. Esta catástrofe creó un mundo marcado por la subida del nivel del mar, lo que dejó estas vastas regiones bajo agua. Sin embargo, la humanidad no olvidó estas tierras sumergidas, y ahora existen empresas dedicadas a la exploración subacuática y a la recuperación de artefactos históricos que se encuentran en las ciudades sumergidas. Buzos especializados y barcos de exploración recorren los océanos en busca de reliquias del pasado, aunque todavía existe la esperanza de que algún día pueda desarrollarse tecnología que permita elevar estos continentes sumergidos a la superficie nuevamente. Sin embargo, esto sigue siendo solo una posibilidad en el horizonte, sin un avance concreto.En el mundo del año 2345, el océano que cubre Europa, África y Asia es ahora un territorio fascinante y misterioso, donde los grandes barcos de exploradores, los sumergibles y buzos altamente entrenados se han convertido en las nuevas fronteras comerciales y científicas. La recuperación de objetos históricos, artefactos perdidos, tecnología olvidada y tesoros sumergidos ha dado lugar a un nuevo negocio global, que une a cazadores de reliquias, arqueólogos y gobiernos que intentan recuperar piezas del pasado.
El Negocio de los Cazadores de Reliquias: Equipos de exploradores y buzos de alta tecnología viajan a las zonas más profundas y peligrosas de los océanos, usando avanzados sumergibles y robots subacuáticos para recuperar todo tipo de objetos de valor. Desde antiguas piezas de arte, tecnología olvidada hasta documentos históricos que datan de los siglos XX y XXI. Estos artefactos no solo tienen un gran valor monetario, sino que también son clave para comprender la historia perdida de la humanidad, que ahora vive dividida entre Marte, la Tierra y Areté.
Barcos de Exploración: Grandes flotas de barcos se desplazan por lo que una vez fueron puertos de Europa, África y Asia, ahora bajo el agua. Estos barcos están equipados con tecnologías avanzadas, como drones subacuáticos, robots exploradores y buzos mecánicos que permiten a las personas sumergirse en las ciudades sumergidas. Los barcos están organizados en grandes flotas comerciales, y en algunas zonas de la Tierra y Areté, estos barcos son una parte importante de la economía global.
Tecnología Subacuática Avanzada
La tecnología actual en el año 2345 permite a los exploradores subacuáticos operar con una tecnología tan avanzada que pueden sumergirse en las profundidades más grandes sin riesgo de vida. El uso de trajes mecánicos y robots autónomos ha revolucionado la industria de la exploración. Sin embargo, el verdadero avance en las exploraciones bajo el agua ha sido el desarrollo de barcos sumergibles de propulsión avanzada que pueden desplazarse por las aguas a grandes profundidades, incluso en zonas donde la presión y la temperatura son extremas.
Pero el verdadero sueño de la humanidad es recuperar las grandes ciudades sumergidas. Se habla de una tecnología avanzada que podría devolver a la superficie partes de los continentes sumergidos utilizando propulsores acuáticos avanzados. Estos dispositivos, basados en el principio de fuerza de flotación y propulsión controlada, podrían crear burbujas gigantes bajo el agua, elevando porciones de tierra de nuevo al nivel del mar. Sin embargo, esta tecnología aún no existe. Muchos científicos en Marte y Areté han empezado a investigar este concepto, pero se considera una proyección del futuro, más un sueño que una realidad en 2345.
Los Rumores de la Recuperación de la Tierra
En las sociedades actuales de Marte y Areté, el sueño de recuperar lo que alguna vez fue Europa, África y Asia sigue siendo uno de los grandes mitos del pasado. Muchos afirman que, con la tecnología adecuada, sería posible elevar nuevamente grandes porciones de los continentes sumergidos. Esta idea alimenta el mercado de exploradores subacuáticos, y hay quienes creen que la recuperación de estos continentes podría devolverle a la humanidad la belleza y riqueza que perdió durante la Gran Guerra.
Sin embargo, mientras algunos políticos y visionarios de Marte o Areté creen que este es un ideal por el cual luchar, la realidad económica es que las inversiones en tecnología de recuperación están aún en las primeras fases. La gente que trabaja en las zonas sumergidas o en la exploración subacuática espera que, algún día, una nueva tecnología permita a los barcos de exploración ser reemplazados por vehículos de elevación, que se encargarían de levantar la tierra de las profundidades.
La Sociedad que Vive de los Tesoros del Pasado
Hoy en día, la gente que se dedica al negocio de la exploración subacuática y recuperación histórica vive en un mundo donde el pasado tiene una gran importancia. Los mercados globales están llenos de artefactos recuperados, como antiguos objetos de lujo, tecnologías de la guerra o arte contemporáneo del siglo XXI, que se venden a los gobiernos o coleccionistas privados.
Sin embargo, también existe un mercado de tesoros culturales que tiene un valor más simbólico. Muchos artefactos son preservados como parte del legado humano, en la esperanza de que algún día, los supervivientes puedan comprender y aprender de la historia de su gente. El sueño de recuperar los continentes sumergidos está fuertemente vinculado con la necesidad de restaurar el orden que una vez existió en la Tierra, antes de la destrucción total.
Amor hacia lo Material
En la Tierra, el amor está profundamente vinculado con lo material, lo tangible, y especialmente con el consumo y el acceso a las comodidades. Este amor se ha transformado debido a la evolución hacia un sistema anarcocapitalista, donde las corporaciones son las dueñas de todo, y la vida se regula por el mercado. Aquí, el amor se mide por la posesión y la acumulación de bienes, desde objetos físicos hasta experiencias de lujo.
El Amor como Posesión:
El amor en la Tierra está centrado en lo que se posee. Las relaciones entre las personas a menudo se ven mediadas por el intercambio de bienes o criptomonedas. El amor no solo es un afecto, sino una transacción donde cada gesto de cariño puede estar vinculado a un bien material o a un beneficio económico.Los habitantes de la Tierra aman sus cosas: casas, coches, tecnología, y sobre todo, los productos exclusivos que solo las grandes corporaciones pueden ofrecer. Este amor hacia lo material también se refleja en la forma en que las personas se relacionan entre sí. Las amistades y relaciones más profundas se dan entre aquellos que tienen los mismos intereses materiales o consumen los mismos productos.
El Amor como Estatus:
Las relaciones amorosas también se definen por el estatus social y económico. El éxito en el mercado determina la calidad de la vida amorosa de una persona. Aquellos que pueden permitir el lujo de tener más y mejores cosas son vistos como más atractivos, no solo físicamente, sino también como posibles parejas ideales.La Tierra tiene una cultura altamente individualista, y el amor romántico o la amistad se construyen sobre el valor material que una persona pueda ofrecer al otro. La competencia por mostrar el mejor estilo de vida se ha convertido en una forma de demostrar afecto: tener un coche más nuevo, una casa más grande, o el último gadget tecnológico, se asocia con el afecto y la atención que se recibe de los demás.
Marte: Sociedad de Domos y el Partido Rojo
Un Planeta de Control y Conflictos
Marte, en el año 2345, es un mundo radicalmente diferente al que alguna vez imaginamos. Con una población repartida en enormes domos que cubren las principales áreas habitables, el planeta ha sido completamente terraformado y adaptado para sobrevivir. La terraformación ha permitido que Marte sea parcialmente habitable, pero los domos son la última barrera contra la hostilidad del exterior, cubriendo el 54% de la superficie. El resto de Marte sigue siendo inexplorado, cubierto por paisajes áridos, con vastos desiertos rojos y valles que aún esconden los secretos de su antigüedad.
El Sistema de Control: La vida en Marte es estrictamente controlada. No existe la propiedad privada; todo lo que una persona genera es controlado por el gobierno autoritario que dicta las reglas. Los ciudadanos no poseen tierras ni recursos, y todo el trabajo realizado por las personas va directamente al gobierno marciano. La redistribución de la riqueza es severa: el 95% de lo que los habitantes ganan va a las arcas del gobierno, y solo el 5% es lo que les queda a los trabajadores para su supervivencia. Sin embargo, este 5% es lo único que tienen para poder adquirir bienes básicos dentro del domo, y esto crea una sociedad de trabajadores sumidos en la pobreza pero a la vez sometidos a un control absoluto.
La Vigilancia Total: Los domos marcianos están equipados con cámaras de vigilancia en cada rincón, desde las calles hasta las viviendas. No hay lugar en el que los ciudadanos puedan escapar al escrutinio del gobierno. La privacidad no existe; todos los movimientos son monitoreados para asegurar que no haya subversión ni traición al sistema. Cualquier intento de rebelión o protesta es sofocado rápidamente por la autoridad, y los castigos son severos. Los habitantes de Marte viven con la constante amenaza de ser expulsados de los domos si no cumplen con las estrictas normativas. La deserción es vista como un crimen de alto nivel, y quienes se rebelan son enviados a las áreas más inhóspitas del planeta, donde la vida es casi imposible.
Las Familias en Marte: Las familias domitas están organizadas de manera similar a las de la Tierra, pero bajo un control centralizado y vigilado. Las familias no tienen la autonomía para decidir su destino; su propósito en la vida está determinado por el gobierno que se define con la frase “Todo en el estado,nada fuera del estado,nada contra el estado”. Los padres son asignados a trabajos dentro del sistema, y los hijos son instruidos desde una edad temprana para ser útiles al Estado. No se educan con el propósito de crecer como individuos libres, sino como máquinas eficientes para el gobierno. El gobierno selecciona el camino profesional de los hijos, guiándolos hacia carreras que puedan aportar a la expansión y conquista de nuevos mundos, o bien en sectores clave como la industria, la ingeniería o la milicia.
Educación en Marte: La educación en Marte está completamente estandarizada. Desde pequeños, los niños se les enseñan los valores del régimen. La lealtad al Estado es indiscutible, y la historia oficial ha sido completamente alterada para glorificar la figura de Marte y su gobierno autoritario. Además de los estudios académicos, todos los niños reciben una formación en propaganda, tecnologías de control y militarización. A medida que crecen, se les entrena para ocupar puestos clave dentro del gobierno o las industrias controladas por Marte. La educación está diseñada para reforzar las ideas de que el control centralizado es la única forma de sobrevivir y prosperar.
Ideología y la Visión de Areté: Una gran parte de la población de Marte está convencida de que Areté representa una amenaza para su sistema autoritario. Mientras que en Areté los debates políticos se realizan de manera libre, Marte ve esto como un campo fértil para la subversión. Sin embargo, Marte no puede simplemente invadir Areté sin tener en cuenta la presencia de otros poderes involucrados. El Partido Rojo en Marte ve a Areté como el lugar donde la ideología del autoritarismo debe ser impuesta, convencidos de que Marte debe expandir su control sobre el sistema de Areté y no permitir que la libertad de mercado prevalezca.
Los partidos políticos de Marte apoyan de manera incondicional la expansión del poder estatal y la conquista de Areté. En este contexto, el Partido Rojo tiene un papel central en la propaganda marciana y en la constante estrategia de presión contra Areté. Se cree que, para mantener la supervivencia del régimen autoritario, Areté debe caer bajo el dominio de Marte.
La Luna y la Antártida: Marte también tiene una visión expansionista sobre la Antártida y la Luna. La Antártida es vista como un lugar donde Marte puede extraer recursos vitales y establecer una presencia dominante. No entienden por qué la Luna debería ser compartida entre Areté y la Tierra cuando Marte podría apropiarse de todos sus recursos. Además, la Luna es vista como un lugar estratégico para el desarrollo de tecnologías y defensa, y Marte planea usarla como una base para su expansión interplanetaria.
El problema del oxígeno sigue siendo una de las mayores preocupaciones de Marte. A pesar de que han logrado ciertos avances en la terraformación, el oxígeno sigue siendo una limitación crítica. La producción de oxígeno artificial dentro de los domos es insuficiente para el crecimiento poblacional, y Marte sigue buscando nuevas soluciones tecnológicas para hacer frente a este desafío.
El Futuro de Marte: El futuro de Marte es incierto, pero su gobierno tiene un plan expansionista para los próximos siglos. Si no se resuelve el problema del oxígeno, Marte se verá obligado a hacer alianzas estratégicas con la Tierra, Areté o incluso la Luna. Mientras tanto, su objetivo es fortalecer el régimen y asegurar que ningún otro planeta o estación espacial sea capaz de desafiar su hegemonía. La tecnología será crucial para mantener su autoridad, pero también las alianzas políticas y militares con aquellos que sigan el modelo autoritario.
Marte es un planeta atrapado en su propia búsqueda de poder, con una sociedad que se debate entre la autarquía y el deseo de expansión. El futuro de la humanidad en el Sistema Solar está en juego, y Marte está dispuesto a imponer su visión sobre los otros planetas para asegurar su supervivencia.
En Marte, la mayoría de la población vive en domos que protegen a los habitantes de las duras condiciones del planeta. Los Domitas, como se les llama, son los habitantes de Marte, y la explotación de recursos naturales y el trabajo industrial son el motor de su economía. La vida en Marte está centrada en el trabajo colectivo y en la supervivencia, y los obreros son el pilar fundamental de la sociedad. Sin embargo, el sistema en Marte es desigual, ya que los Domitas entregan la mayor parte de lo que producen al gobierno, quedándose con una pequeña parte de sus ingresos. A pesar de esta desigualdad, el sistema se mantiene gracias a la constante necesidad de expandir los domos y continuar con la explotación de recursos para asegurar la supervivencia en un ambiente hostil.
En cuanto al amor, en Marte está estrechamente vinculado a la familia. La unión familiar es vista como el pilar de la sociedad marciana, donde el amor por la familia y el bienestar colectivo prevalecen sobre el individualismo.
Además, Marte cuenta con un sistema deportivo muy desarrollado, destacándose el fútbol profesional, con 20 equipos en la liga principal y 5 en la segunda división. Los Juegos Interplanetarios, que se celebran cada 7 años, son una de las grandes oportunidades para que los Aresianos (habitantes de Marte) muestren su destreza y compitan con los mejores deportistas de Areté y la Tierra.
Marte: Amor hacia la Familia
En Marte, el amor se entiende principalmente en términos de unidad familiar y lealtad hacia la comunidad. El planeta está bajo un sistema totalitario y controlado, pero, dentro de este marco, las relaciones familiares son fundamentales. La familia se ve como un soporte esencial para la supervivencia, ya que, debido a las condiciones extremas de Marte, la estabilidad emocional y la cooperación mutua son vitales para la vida dentro de los domos.
Relaciones Familiares:
Las familias son la base del amor en Marte. Los lazos familiares se celebran con un fervor casi religioso. Padres, hijos, abuelos y hermanos tienen una fuerte conexión emocional, y su bienestar depende directamente del apoyo mutuo dentro de la familia. Es una cultura en la que el sacrificio personal por el bienestar de los demás es una virtud, y los individuos consideran que la felicidad personal solo se alcanza cuando la familia está bien.Las decisiones importantes, como las elecciones de carrera o la posibilidad de mudarse a otro domo, se toman con el consenso familiar. Los individuos tienen poca o ninguna libertad para tomar decisiones por su cuenta sin considerar el impacto en su familia.
El Amor como Responsabilidad:
En Marte, el amor es una forma de responsabilidad hacia los demás. La familia no es solo una unidad afectiva, sino también una estructura funcional y organizacional. Los padres sienten una responsabilidad extrema de educar y proteger a sus hijos dentro de un sistema donde las oportunidades son limitadas.Las relaciones románticas, aunque importantes, están siempre subordinadas a la familia. El amor entre parejas es también visto como un compromiso a largo plazo, una unión que se construye sobre la base de las obligaciones familiares y las expectativas de criar a la siguiente generación para que continúe trabajando en la expansión de los domos y la exploración de recursos.
Además en Marte tenes los Rovers de exploración: Los "Rovers Martianos" son vehículos blindados y robustos diseñados para explorar la superficie de Marte, realizar prospecciones de recursos y evaluar la estabilidad de los domos. Están equipados con brazos mecánicos para excavar y recolectar muestras y también con cámaras y sensores para analizar la composición del suelo marciano.
Vehículos de transporte dentro de los domos: Marte tiene una extensa red de vehículos eléctricos de alta capacidad conocidos como "Hexa-mobiles". Estos vehículos tienen forma de hexágono y se utilizan para transportar obreros, suministros y materiales entre los distintos domos. Su diseño es resistente y eficiente, apto para el terreno árido y rocoso.
Sus animales autóctonos marcianos:
Los animales son fundamentales para la investigación científica, pues se utilizan para estudiar la viabilidad de la vida en el planeta. Se han creado especies adaptadas a las duras condiciones de Marte, como "Rocauros", que son pequeños reptiles capaces de sobrevivir a las extremas temperaturas y a la falta de oxígeno. Estos animales se crían en laboratorios especializados y se utilizan para analizar la viabilidad de la fauna en Marte.Animales de trabajo: Para la explotación de los recursos naturales y la extensión de los domos, Marte también ha modificado ciertos animales terrícolas, adaptándolos a las condiciones locales. Existen "Mules Martianas", un cruce entre burros y máquinas de carga, que sirven para transportar materiales pesados a través de la superficie de Marte.
Principios Fundamentales del Código de Conducta
El Código de Conducta tiene varios principios fundamentales que guían la vida diaria de los miembros del Partido Rojo. Estos principios no solo están pensados para asegurar la lealtad al partido, sino también para mantener el orden social bajo el régimen martiano, controlar la información y evitar que surjan pensamientos contrarios al gobierno central.
1. Lealtad Inquebrantable al Partido
Fundamento: La lealtad al Partido Rojo es la base de todo el sistema martiano. El Partido es considerado como la máxima autoridad y su ideología, indiscutible. Todos los miembros deben mostrar una lealtad absoluta, sin excepciones, al liderazgo martiano y sus políticas. La traición al Partido es considerada un acto imperdonable.
Justificación histórica: Después de las rebeliones que ocurrieron en las primeras décadas de la colonización, donde grupos disidentes trataron de desafiar la autoridad del gobierno central, el Partido Rojo adoptó este principio para garantizar que no hubiera margen para la desobediencia. La lealtad se convirtió en el valor más elevado, considerando que cualquier duda sobre el liderazgo sería una amenaza directa a la estabilidad de Marte.
2. Comportamiento Ejemplar en Público y Privado
Fundamento: Los miembros del Partido Rojo deben comportarse de acuerdo con los valores del régimen en todas las esferas de su vida. No se permite la contradicción entre el comportamiento público y privado, y las personas que se desvían de la norma son severamente castigadas. Todos deben ser ejemplos a seguir dentro de la comunidad martiana.
Justificación histórica: El régimen martiano, al establecer su control absoluto sobre la población, entendió que la unidad social solo sería posible si las personas mantenían una coherencia entre lo que predicaban públicamente y cómo actuaban en su vida diaria. Las represalias contra aquellos que no cumplían este principio fueron necesarias para evitar la aparición de líderes disidentes.
3. Desobedecer al Gobierno Central es un Acto de Traición
Fundamento: Toda acción que desafíe o se oponga a las decisiones del gobierno central de Marte es un acto de traición. Esto incluye, pero no se limita a, la crítica pública, el boicot a las políticas gubernamentales, o cualquier tipo de resistencia a las órdenes de las autoridades. Los miembros deben seguir las directivas del Partido sin cuestionarlas.
Justificación histórica: Desde el principio de la colonización, Marte ha tenido que lidiar con varios intentos de sublevación de grupos que deseaban un mayor grado de autonomía. Para evitar que estas resistencias se multiplicaran, el Partido Rojo instituyó esta regla estricta como una manera de impedir cualquier tipo de desafío a la autoridad del gobierno.
4. Confidencialidad y Control de la Información
Fundamento: La información dentro del Partido Rojo es altamente confidencial y solo puede ser compartida con aquellos autorizados. Los miembros deben abstenerse de hablar públicamente sobre las estrategias, operaciones, y decisiones internas del Partido. La transparencia interna está controlada estrictamente, para garantizar que la información sensible no llegue a los enemigos del Partido.
Justificación histórica: Durante los primeros años del régimen, Marte sufrió filtraciones de información que perjudicaron sus esfuerzos de expansión y control. La implementación de esta regla buscó garantizar que los enemigos del gobierno no pudieran obtener información que pudiera ser utilizada en su contra.
5. Rechazo a las Ideologías Externas
Fundamento: Los miembros del Partido Rojo deben rechazar todas las ideologías externas a la martiana, especialmente las provenientes de la Tierra, Areté y la Luna. No se permite la simpatía ni la discusión sobre ideologías ajenas, ya que se considera que son una amenaza a la estabilidad de Marte. La única ideología aceptable es la que respalda el gobierno central de Marte.
Justificación histórica: Esta regla fue establecida como una respuesta al creciente influjo de ideas provenientes de la Tierra y Areté durante los primeros intercambios interplanetarios. El Partido Rojo buscaba evitar que ideas liberales, minarquistas o anarquistas pudieran influir en la población martiana, debilitando el control del gobierno.
6. Trabajar por el Bien Común del Pueblo Martiano
Fundamento: Cada miembro debe poner los intereses del pueblo martiano por encima de sus propios intereses personales. El bienestar de Marte, la prosperidad de sus habitantes y la expansión del régimen deben ser los principales objetivos de la vida de todo miembro.
Justificación histórica: Durante los primeros años, algunos miembros del Partido Rojo intentaron enriquecerse con los recursos del planeta y sus colonias. Esta regla fue establecida para asegurar que el trabajo de cada persona estuviera dirigido a fortalecer el sistema y no a beneficios personales, garantizando la prosperidad colectiva bajo el régimen.
7. Asegurar la Integridad del Sistema de Domos
Fundamento: Los miembros deben velar por la integridad del sistema de domos y su correcto funcionamiento. Cualquier sabotaje, intento de fuga o mal funcionamiento del sistema de domos será castigado con severidad.
Justificación histórica: Los domos son vitales para la supervivencia de los habitantes de Marte. Durante las primeras décadas de colonización, hubo varios intentos de sabotaje por parte de grupos que se oponían al régimen. El Partido Rojo instauró esta regla para proteger los intereses del sistema y evitar que los enemigos del Partido pudieran dañar la infraestructura esencial.
Sanciones por Incumplimiento
Cualquier violación al Código de Conducta es severamente sancionada. Las sanciones pueden variar desde la expulsión del Partido Rojo hasta el exilio a las colonias de trabajo o incluso la ejecución pública en los casos más graves. La severidad de las penas es una manera de asegurar que el orden y la lealtad al Partido sean inquebrantables.
El Código de Conducta del Partido Rojo es la columna vertebral de la estructura autoritaria de Marte. A través de estas reglas, el Partido asegura que cada miembro sea un esclavo ideológico del régimen, manteniendo la cohesión, el control social y el poder absoluto. Este código ha evolucionado desde las primeras etapas de la colonización, adaptándose para garantizar la supervivencia del régimen martiano frente a cualquier desafío o resistencia interna.
En Marte, la mayoría de la población trabaja en la extensión y mantenimiento de los domos, así como en la explotación de los recursos naturales del planeta, que son vitales para su supervivencia y desarrollo. Sin embargo, a pesar de su sistema autoritario y altamente centralizado, Marte tiene una estructura educativa y laboral que permite cierta movilidad, aunque controlada. Para representar a Marte en los Juegos Interplanetarios (o en cualquier otra competencia de alto perfil), se deben cumplir una serie de requisitos tanto deportivos como ideológicos y sociales, reflejando la naturaleza del régimen martiano.
Carlos Teodoro Ruiz
Carlos Teodoro Ruiz es una figura imponente en la política de Areté, aunque no tan reconocido ni admirado como Elviro Domínguez del Partido Naranja, su presencia es profundamente impactante. Con una postura y discurso que resuena con una intensidad visceral, es un ferviente seguidor del marxismo, con una visión crítica hacia el sistema minarquista de Areté. Su ideología está profundamente influenciada por César Francisco Thooch , un destacado profesor de la Universidad Nacional de Mendoza, que dejó una huella en la teoría marxista latinoamericana con su enfoque en la justicia social y la distribución equitativa de los recursos.
Ruiz tiene una apariencia que refleja tanto su profesionalismo como su rechazo a la rigidez de las normas sociales. De unos 45 años, su cabello largo y ligeramente desordenado da la impresión de alguien más preocupado por la sustancia de sus pensamientos que por las convenciones de la apariencia. A pesar de su estilo algo informal, con camisas de manga larga ligeramente desabrochadas y pantalones sencillos, su presencia es inconfundible. El cabello largo, de color oscuro con algunas canas que empiezan a asomar en las sienes, resalta su perfil de pensador radical, alguien que ha sido testigo de las realidades sociales más crudas.
Su mirada es penetrante, casi como si pudiera ver a través de las personas, llegando al núcleo mismo de sus pensamientos y creencias. Los ojos cafés, con una intensidad que parece leer el alma de quien los observa, crean una atmósfera inquietante. Cuando Ruiz habla, sus palabras son claras, calculadas, y cargadas de cuestionamientos profundos. Los discursos que da son una mezcla de retórica académica y análisis práctico de la realidad, pero lo que más impacta es la forma en que deja a su audiencia cuestionando lo que creían saber, provocando dudas existenciales sobre el sistema en el que viven.
De formación en Trabajo Social, Carlos Teodoro Ruiz ha sido testigo de la pobreza y la marginalidad, habiendo trabajado en diversas comunidades empobrecidas de Areté. Su trabajo en campo con la indigencia y su cercanía con las personas más vulnerables lo ha moldeado profundamente. Tiene una gran afinidad con la gente mayor, con quienes comparte un vínculo basado en el respeto y la empatía. Las historias que ha escuchado, las tragedias que ha presenciado, lo han llevado a una visión del mundo que critica abiertamente el sistema de Areté, al que considera demasiado desigual y excluyente.
A pesar de que su Partido Rojo, el cual aboga por un enfoque marxista más fuerte en Areté, no cuenta con el mismo poder que los partidos mayoritarios, su discurso y su capacidad para mover a las masas le otorgan una popularidad latente. Ruiz cree firmemente que la solución a los problemas de Areté, la Tierra y Marte no está en la neutralidad minarquista, sino en la revolución social, en un sistema que redistribuya la riqueza y elimine las estructuras jerárquicas que perpetúan la opresión. Su objetivo es sembrar las semillas de la insurrección, aunque no de forma violenta, sino a través de un cambio radical de mentalidad en la sociedad.
Aunque no es tan mediático como Elviro Domínguez, la influencia de Carlos Teodoro Ruiz en la política de Areté sigue siendo creciente, ya que su propuesta, aunque más radical, atrae a aquellos que sienten que el sistema actual está destinado al fracaso. La crítica social y su enfoque en la redistribución lo han hecho muy popular entre los jóvenes, que buscan alternativas al régimen capitalista que domina tanto Areté como la Tierra.
Ruiz es, sin duda, una figura que desestabiliza el equilibrio en Areté, una voz discordante que está lista para desafiar el statu quo.
Los Juegos Interplanetarios (2351)
Cada siete años, Marte, Areté y la Tierra celebran los Juegos Interplanetarios, un evento donde se presentan los deportes más tradicionales de cada planeta. El evento no solo es una competencia deportiva, sino también un reflejo de la ideología, valores y capacidades de cada sociedad. El fútbol, el baloncesto y el voleibol son los tres deportes más populares, aunque la gama de disciplinas es extensa.
El Fútbol Interplanetario: Este deporte ha evolucionado en Marte, Areté y la Tierra, con reglas ligeramente modificadas para adaptarse a las condiciones de cada planeta. Marte tiene una liga profesional con 20 equipos, y la segunda división cuenta con 5 equipos. El estadio más grande de Marte, el Estadio Domo de Titan, es la sede de los partidos más importantes. Este estadio es conocido por su arquitectura futurista, con pantallas holográficas y gradas que flotan en el aire, ya que está construido dentro de uno de los enormes domos de Marte.
Los Equipos Internacionales: Los Aresianos, Martíes y Tierra envían a sus mejores deportistas para las competiciones. Estos equipos se preparan con años de antelación, y los deportistas son considerados héroes en sus respectivos planetas. Los jugadores en Marte, por ejemplo, entrenan en condiciones extremas debido a la gravedad reducida, lo que les da una ventaja sobre los jugadores de la Tierra, acostumbrados a un entorno más pesado.
La Liga de Fútbol en Marte: La Liga Estelar de Marte es una de las más importantes de la galaxia, y su reputación atrae tanto a aficionados de la Tierra como de Areté. Los equipos en Marte tienen una estructura corporativa fuerte, debido a la centralización del poder económico en el gobierno y las megacorporaciones, lo que da lugar a equipos patrocinados por empresas de alta tecnología que ofrecen recompensas exorbitantes por ganar. Cada partido se convierte en un espectáculo futurista, con robots asistentes, inteligencia artificial que predice jugadas, y un sistema de apuestas controlado por blockchain. Las ciudades de Marte se paralizan durante los partidos más importantes, y la rivalidad entre equipos de diferentes domos (o regiones de Marte) genera una atmósfera tensa.
El Baloncesto Interplanetario: En los Juegos Interplanetarios, el baloncesto también es una disciplina que atrae a multitudes. Los equipos están formados por los mejores atletas de cada planeta, y los partidos se juegan en canchas flotantes que varían dependiendo de la gravedad de cada lugar. Marte, con su menor gravedad, tiene una ventaja en los saltos y las acrobacias, pero los equipos de la Tierra, acostumbrados a un entorno más pesado, son conocidos por su agresividad y destreza táctica.
El Voleibol y Otros Deportes: El voleibol es otra de las competiciones destacadas en los Juegos. En Marte, se juega en superficies especiales que simulan los efectos de la gravedad de la Tierra, permitiendo que los deportistas de ambos planetas tengan una oportunidad justa de competir. Además, existen otros deportes emergentes, como carrera de drones, escalada de paredes flotantes y lucha en gravedad cero, que se han ganado una gran popularidad entre los jóvenes.
La Preparación y Entrenamiento de los Deportistas
Los deportistas de Marte son entrenados desde pequeños para sobresalir en los deportes, y las academias de élite reciben un patrocinio masivo de las corporaciones que dominan el planeta. Los entrenadores son figuras clave en el sistema deportivo y a menudo tienen una relación directa con los líderes políticos, como el Partido Rojo. La conexión entre el deporte y la política es tan fuerte que muchos entrenadores de élite llegan a ser figuras públicas en la política de Marte.
La Conexión con Areté y la Tierra
Areté y la Tierra envían sus propios equipos de élite a los Juegos Interplanetarios, pero los conflictos subyacentes entre los sistemas políticos de cada planeta hacen que las competiciones sean mucho más que un evento deportivo. Los Aretéanos, defensores del minarquismo, compiten por demostrar que su sistema equilibrado es el más eficiente. Los Tierraanos, que representan una sociedad anarcocapitalista, utilizan el deporte como una vitrina para su individualismo y talento sin control estatal. En contraste, los Martíes, que siguen un sistema autoritario, buscan imponer su dominio como una forma de justificar su régimen.
Los deportistas no solo son estrellas del deporte, sino también símbolos políticos. Cada victoria o derrota tiene implicaciones más allá de lo deportivo: es un reflejo de la ideología y los valores del planeta representado.
El Impacto Cultural de los Juegos
Cada Juego Interplanetario es una festividad en Marte, con caravanas de fans viajando por el planeta para apoyar a su equipo. Los patrocinadores comerciales colocan enormes vallas holográficas en todo Marte, con anuncios de productos y servicios que promueven el consumo intergaláctico. La música, el entretenimiento y la cultura de Marte están profundamente entrelazados con los deportes, creando una atmósfera de espectáculo donde la emoción y la política se funden.
Areté: El Epicentro de la Filosofía Política
La Estación Espacial Minarquista del Futuro
Areté es mucho más que una simple estación espacial: es un símbolo de equilibrio entre los tres planetas que forman el eje de esta nueva humanidad: la Tierra, con su anarcocapitalismo; Marte, con su autoritarismo opresivo; y Areté, que representa una tercera vía, un minarquismo idealista y pragmático.
Minarquismo: El Sistema Político de Areté
El minarquismo en Areté se basa en una idea sencilla pero profunda: el gobierno debe existir solo para proteger los derechos individuales. Esto significa que la estación tiene una administración mínima encargada de proveer seguridad, justicia y resolver disputas sin intervenir en la vida privada de los ciudadanos. Sin embargo, el concepto de gobierno mínimo no es sinónimo de poca intervención. El gobierno de Areté se asegura de mantener un orden equilibrado, sin ser tan intrusivo como en Marte, pero con el poder suficiente para garantizar la paz y los derechos de los ciudadanos.
El sistema de elecciones es democrático y tiene lugar cada cuatro años. En Areté, el voto es electrónico y descentralizado, validado por blockchain para garantizar la transparencia, la seguridad y la equidad en el proceso. Las elecciones se realizan en una serie de debates públicos en los que los principales candidatos (representantes de diferentes partidos) exponen sus visiones para el futuro de la estación. Los votantes eligen a los Consejeros Generales, quienes son responsables de las decisiones más importantes, como la asignación de recursos, la seguridad, la educación y las relaciones diplomáticas con la Tierra y Marte.
Los partidos políticos se dividen en varias facciones ideológicas que representan diferentes corrientes dentro del minarquismo. Algunos defienden una mayor libertad de mercado, mientras que otros abogan por un estado de bienestar mínimo para garantizar una red de seguridad social. Sin embargo, todos coinciden en la premisa básica de que el gobierno no debe ser un agente de control ni de opresión.
Areté es una estación espacial flotante, una zona neutral situada entre Marte y la Tierra, que sirve como punto de encuentro para debates filosóficos y políticos. Areté es el lugar donde se llevan a cabo discursos políticos entre los representantes de la Tierra, Marte y Areté. En Areté, los Domitas (habitantes de Marte) y los Tierra debaten sobre libertad y orden, mientras que los habitantes de la estación siguen los ideales minarquistas, buscando un equilibrio entre el libre mercado y la coexistencia pacífica.
Areté está dominado por tres principales partidos políticos:
El Partido Naranja: Representado por Elviro Domínguez, el líder del partido, quien es un ferviente defensor del minarquismo y de la escuela austriaca del liberalismo. El Partido Naranja promueve una sociedad libre de intervención estatal, donde la economía está gobernada por los principios del mercado libre y el libre albedrío.
El Partido Rojo: Este partido, en representación de los Domitas (habitantes de Marte), es un partido colectivista que aboga por un sistema de trabajo compartido y una distribución equitativa de los recursos. El Partido Rojo busca implementar una estructura más igualitaria en Marte, extendiendo su influencia hacia Areté.
El Partido Verde: Defensores del medio ambiente y la sostenibilidad, los miembros de este partido son ecologistas que luchan por la preservación de los recursos naturales y el cuidado del planeta. Su principal objetivo es defender la Antártida y la Luna, como territorios donde se pueden desarrollar tecnologías ecológicas que mejoren la vida en la Tierra y en Areté.
El Partido Negro: El Partido Luna-Antártico
Presidente: Natalia Jenson, una figura casi nula en las encuestas debido a la falta de apoyo popular. Aunque el Partido Negro busca defender los intereses de la Luna y la Antártida, pocos creen en la viabilidad de sus propuestas en Areté. Su Filosofía dell Partido Negro propone una alianza entre Areté, la Luna y la Antártida, con un enfoque en la extracción de recursos mineros y la preservación de las colonias lunares. Defienden un sistema de autarquía para la estación, promoviendo su independencia de la Tierra y Marte.Su enfoque en los recursos naturales y la exploración lunar, aunque su falta de apoyo popular limita su influencia.
La Comida y la Vida Cotidiana en Areté
En Areté, la comida es una fusión de alta tecnología y practicidad. Al ser una estación espacial, las necesidades alimenticias deben ser altamente eficientes y adaptadas a las limitaciones del entorno. La estación cuenta con granjas hidropónicas y biorreactores que producen alimentos frescos y de alta calidad, desde vegetales hasta proteínas cultivadas de manera sostenible. Los alimentos se personalizan según las necesidades nutricionales de cada individuo, utilizando algoritmos que analizan los datos de salud y actividad de los ciudadanos.
En cuanto a las comidas tradicionales, como cenas o festivales, son eventos importantes en Areté. Mercados flotantes ofrecen desde platos internacionales hasta comidas más tradicionales de la Tierra, Marte y la estación. Los restaurantes privados también tienen menús exclusivos y sofisticados, donde la cocina molecular es común.
Los Lugares de Debate: El Epicentro Político de Areté
Areté es famosa por sus salones de debate, que se consideran los más prestigiosos del sistema planetario. Aquí, se discuten las decisiones más importantes entre los representantes de la Tierra, Marte y Areté, a menudo ante audiencias virtuales interplanetarias.
Uno de los salones más conocidos es el "Salon del Equilibrio", donde se lleva a cabo el debate anual de política interplanetaria. En estos debates, los representantes de cada planeta tienen la oportunidad de exponer sus posiciones sobre temas cruciales como la explotación de la Luna, el comercio interplanetario, o las políticas de seguridad. El salón tiene una acústica perfecta y una arquitectura moderna y minimalista, diseñada para enfocar toda la atención en los oradores. Los asistentes están conectados a través de sistemas de hologramas 3D, que permiten una inmersión completa en las discusiones.
La Vestimenta en Areté
La vestimenta en Areté es, como la estación misma, funcional y futurista. Los ciudadanos visten ropa modular, diseñada para adaptarse a sus necesidades diarias. Las telas son inteligentes, con propiedades como autolimpieza, cambio de color o ajuste automático a la temperatura del cuerpo. Los trajes formales para los debates políticos están diseñados para proyectar una imagen austera pero elegante, con colores neutros y accesorios digitales que permiten al portador interactuar con sistemas de información mientras habla o escucha. La tecnología de la vestimenta ha alcanzado niveles de sofisticación impresionantes: los tejidos pueden mostrar información en tiempo real sobre el estado de la economía o los movimientos sociales en la estación.
La Historia de Areté
Areté nació en un momento de gran incertidumbre tras los eventos que transformaron la Tierra y Marte. Cuando las tensiones entre ambos planetas alcanzaron su punto máximo, un grupo de visionarios, entre ellos los fundadores de Areté, propusieron crear un espacio neutral que sirviera de mediador y centro de reconciliación. Su idea era construir una estación espacial capaz de albergar a millones de personas y fomentar el debate como herramienta para resolver los conflictos interplanetarios.
Con el paso de los siglos, Areté se consolidó como el epicentro del pensamiento filosófico y político en la galaxia. Su gobierno minarquista se ha mantenido estable gracias a un compromiso constante con los principios de libertad individual, autogestión y justicia imparcial.
El Futuro de Areté
El futuro de Areté se ve rodeado de desafíos pero también de oportunidades. La estación debe decidir cómo manejar las crecientes presiones de Marte, que sigue buscando expandir su influencia, y la Tierra, que ve a Areté como un modelo a seguir en su propio proceso de desregulación. A su vez, los desafíos económicos de la estación — como la necesidad de nuevas fuentes de energía y recursos — podrían llevar a Areté a buscar alianzas más estrechas con la Luna o a desarrollar nuevas tecnologías para asegurar su supervivencia.
Areté podría convertirse en el farol de la libertad o en el campo de batalla de las ideologías del futuro. Sólo el tiempo y las elecciones de los ciudadanos decidirán cuál será el legado de la estación.
Las Elecciones en Areté: Un Proceso Semi-Directo con Consejos de 7 Personas
Las elecciones en Areté son un reflejo de su sistema minarquista: una forma compleja de democracia semi-directa que busca balancear la libertad individual con el necesario control político para mantener el orden y la justicia. El sistema no se basa en una simple votación popular, sino en un modelo de representación indirecta, donde los ciudadanos no votan directamente por el presidente, sino que eligen un Consejo de 7 personas de diferentes facciones políticas. De este consejo, uno será inevitablemente elegido como presidente, lo que le da un carácter decisivo al proceso.
El Consejo y el Sistema de Representación
Cada ciudadano de Areté tiene derecho a votar en una elección que no es completamente directa, sino que los votos se canalizan hacia 100 personas seleccionadas de forma aleatoria pero con una fuerte diversidad de perfiles, representando a todos los ámbitos y profesiones de la sociedad. Este grupo de 100 personas, conocido como el Consejo Electoral, es el encargado de decidir qué lista de partidos políticos tiene el mayor apoyo popular, eligiendo finalmente los 7 miembros del Consejo de Areté.
De estos 7 miembros, uno siempre debe ser el presidente, una figura clave dentro de la política de la estación, mientras que los otros seis ocupan diferentes roles dentro del gobierno de Areté. La designación de los presidentes no se hace por mayoría absoluta del pueblo, sino que el Consejo Electoral —un cuerpo que a veces puede incluir a líderes industriales, científicos, académicos, activistas sociales, y representantes de sectores específicos— tiene un papel fundamental en la distribución del poder.
El Proceso Electoral: Votación Indirecta y Semi-Directa
Cada ciudadano de Areté vota por una lista de partidos en lugar de por un candidato individual. Las listas representan diferentes facciones políticas, y son las que definen la composición del Consejo de Areté. Las listas deben ser representadas por partidos o grupos políticos que han pasado ciertos criterios de legitimación ante el Consejo Electoral.
El sistema de votación en Areté es semi-directo porque, aunque el pueblo elige a los 100 electores que tomarán la decisión final, estos electores no son simples votantes, sino personas con poder decisional, elegidas por su influencia, experiencia o especialización. Los 100 electores representan la pluralidad de Areté, con un equilibrio en cuanto a sectores económicos, políticos, sociales, y tecnológicos. En las elecciones del 2345, el sistema está en su tercer año de mandato bajo el Partido Naranja y está a punto de enfrentar la posibilidad de reelección.
Elviro Dominguez
Elviro Dominguez, presidente del Partido Naranja de Areté, es una figura clave en el escenario político de la estación espacial. A los 78 años, su longevidad se debe a los avances médicos de Areté, lo que lo coloca como una figura de experiencia y sabiduría, capaz de guiar la política de la estación con una visión clara de un futuro basado en el minarquismo. Este hombre de cabellera larga y formalidad impecable es un firme defensor de los ideales del liberalismo económico, particularmente influenciado por la escuela austriaca, y se considera a sí mismo un seguidor incondicional de Luis Ramoncito Rayo, el filósofo y economista frances que defendió los principios del minarquismo.
Elviro ve a Rayo como su principal ideólogo, y repite constantemente que si los líderes de la Tierra hubieran escuchado y adoptado sus principios, las guerras devastadoras que ocurrieron entre 2050 y 2150 —la gran guerra nuclear que sumió a la humanidad en el caos— habrían podido evitarse. Con el mismo fervor, menciona a otros grandes pensadores de la escuela austriaca como Javier Milei Junior, Alberdi y Andrés Sebastian Romero, cuyas ideas están profundamente arraigadas en su política.
Bajo su liderazgo, el Partido Naranja se ha establecido como la fuerza política dominante en Areté. Aunque su gobierno se basa en la defensa de la libertad y la eficiencia económica, también se enfrenta a una creciente presión de los otros partidos, el Partido Rojo (que sigue los intereses de Marte), el Partido Verde (alineado con los intereses de la Tierra) y el Partido Negro (que apoya los intereses de la Luna y la Antártida). Las elecciones en Areté, donde los ciudadanos votan por un consejo de siete miembros, son semi-directas, ya que los votos pasan por una selección de 100 personas de diferentes campos y profesiones. Elviro ha logrado mantenerse en el poder durante tres años del actual período de cinco años, pero en dos años se celebrarán nuevas elecciones que decidirán si su partido es reelecto por un nuevo período de diez años o si otro partido asume el control por los siguientes cinco años.
En su gobierno, Elviro enfatiza la necesidad de mantener un equilibrio entre libertad económica y control mínimo del gobierno. A través de sus discursos, subraya la importancia de un sistema de mercado libre que permita a la gente prosperar sin la intervención de un estado opresivo. Para Elviro, Areté debe servir como un modelo de eficiencia y autonomía, demostrando que un sistema basado en los principios del minarquismo puede prosperar sin las rigideces de un estado autoritario como Marte o las tensiones de un sistema anarcocapitalista como el de la Tierra.
Este ambiente político, lleno de debates y tensiones entre los diferentes planetas y estaciones espaciales, crea un escenario en el que Elviro juega un papel crucial. Su perspectiva de la política y la economía influye directamente en la dirección que tomará Areté en los próximos años, en medio de la amenaza constante de Marte que desea expandir su control, la interacción tensa con la Tierra, y las alianzas y disputas con la Luna y la Antártida.
Elviro se presenta como un líder con un objetivo claro: mantener a Areté como el último bastión de la libertad, sin dejarse arrastrar por los intereses de los poderosos o las amenazas de otros planetas.
Areté: Amor hacia los Animales
En Areté, el amor toma una forma diferente y única. Areté es una estación espacial construida para equilibrar las ideologías y culturas de Marte y la Tierra, y sus habitantes tienen una profunda conexión con los animales. Aquí, los animales no solo se consideran compañeros o mascotas, sino seres vivos que son valorados y respetados como partes esenciales del ecosistema, y en muchos casos, los habitantes de Areté creen que los animales tienen un alma que debe ser respetada.
El Amor como Respeto hacia la Vida:
En Areté, el amor está dirigido hacia la vida en su totalidad, especialmente hacia los animales, quienes son tratados como seres plenos con sus propios derechos. La relación entre humanos y animales es profundamente ética, y los habitantes de Areté ven en ellos no solo una fuente de compañía, sino también un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de preservarla.Los animales en Areté no son solo un símbolo, sino parte activa de la vida diaria. En los espacios comunes, es habitual ver animales que conviven con los seres humanos de manera armónica. A menudo, los habitantes de Areté tienen mascotas como perros, gatos, aves exóticas, o incluso especies más raras traídas de otros planetas.
El Amor como Equilibrio Ecológico:
A diferencia de la Tierra, donde los animales a menudo son reducidos a productos de consumo, en Areté se busca un equilibrio ecológico. Los animales son tratados con el mismo respeto que los seres humanos, y a menudo son involucrados en las discusiones filosóficas y políticas de la estación. Las leyes de Areté protegen a los animales y promueven un respeto profundo hacia ellos.El amor por los animales está vinculado a una conciencia ecológica, un esfuerzo por mantener un equilibrio entre el ser humano y el mundo natural. En Areté, el amor no es solo una emoción, sino también una obligación moral: es la tarea de asegurar que el ecosistema, y los seres vivos dentro de él, sean protegidos y cuidados.
Ariadna: La Protagonista
El Punto de Fuga
En un mundo donde cada individuo estaba perfectamente integrado al sistema, Ariadna había aprendido a existir en las grietas. No era una rebelde. No era una revolucionaria. Pero había nacido con algo que el sistema no pudo controlar: un defecto.
Su ojo derecho —violeta, extraño, desconectado— la había marcado desde el día en que nació.
La Infancia de Ariadna
Nació un 29 de febrero del año 2317, un día que ocurre solo cada cuatro años. “Por eso sos diferente”, le decía su madre en voz baja, como si fuera un consuelo. Pero Ariadna nunca lo sintió así. Desde pequeña, comprendió que su diferencia era más que una fecha caprichosa del calendario.
En su familia, como en todas las familias anarcocapitalistas de la Tierra, su nacimiento había sido cuidadosamente diseñado. Sus padres, personas prácticas, habían invertido años de ahorros y criptomonedas en un proceso de reproducción asistida que aseguraba los mejores genes posibles. Sus ojos debían ser azul cobalto, perfectos para la interfaz de las gafas inteligentes y los lentes de contacto neuronales. Pero algo falló.
Cuando los doctores la colocaron en brazos de su madre, el silencio fue absoluto. Uno de los ojos brillaba con el azul prometido; el otro, inexplicablemente, era violeta y apagado, sin la luz reflejada del mercado.
“Es un defecto”, dijeron los médicos. “No afecta su vida física, pero el ojo derecho será inútil para la interacción digital”. Una sentencia tan cruel como cualquier enfermedad.
El Momento de la Exclusión: Los 5 Años
Como todos los niños, a los cinco años, Ariadna recibió sus gafas inteligentes, una ceremonia tan importante como aprender a caminar o hablar. Las gafas no eran solo un juguete; eran la llave de entrada al mundo real. Con ellas, podían ver las ofertas flotantes, las publicidades personalizadas, los precios dinámicos y todos los contratos invisibles que definían el mundo.
Pero cuando Ariadna se las colocó, vio lo que nadie más veía: nada.
Con su ojo izquierdo, podía ver la realidad aumentada, las notificaciones de compra y las rutas flotantes. Pero su ojo derecho no respondía. Era un espacio vacío, un botón roto en una máquina perfectamente diseñada.
—“Papá, no puedo hacer clic…”
Su padre, un hombre de mirada firme pero cálida, la levantó y le acarició la cabeza.
—“No pasa nada, Ari. La vida no es solo lo que está en esas gafas.”
Pero eso era una mentira piadosa. En la Tierra del año 2345, la vida sí estaba en las gafas. El juego de la supervivencia dependía de ver las transacciones, venderte, comprar, negociar. Su ojo derecho, como un parásito defectuoso, la dejaba fuera de todo.
La Exclusión Social
La infancia de Ariadna fue una sucesión de silencios incómodos y miradas furtivas. En las escuelas privadas flotantes, los niños competían por intercambiar ofertas y descuentos exclusivos. Los mejores gamificadores se hacían amigos rápido, ganaban puntos sociales y reputación. Ariadna no participaba.
En las aulas de enseñanza aumentada, los profesores proyectaban en el aire ejercicios personalizados para cada alumno, matrices de aprendizaje adaptativo. Ariadna se sentaba en silencio, forzando su ojo izquierdo para entender las tareas. Con el tiempo, aprendió a moverse entre los vacíos, adaptando su forma de ver el mundo.
—“Eres una anticuada, Ariadna”, le decían. “¿Por qué no consigues una actualización?”
Pero no había actualización posible. Su ojo era un error genético, uno que ni la mejor tecnología del 2345 podía corregir.
Lo que para otros era invisible —el vacío entre las ofertas flotantes, las sombras detrás de los anuncios— Ariadna lo veía. En un mundo saturado de información, ella era capaz de percibir lo que nadie más podía: el espacio vacío, lo que no estaba allí.
Y eso era su ventaja, aunque todavía no lo supiera.
La Casa de Ariadna
Su hogar era un pequeño departamento encapsulado, en una de las muchas torres de propiedad privada que crecían como hongos en el horizonte de la ciudad. Sus padres no eran ricos, pero tampoco pobres; eran pequeños empresarios, sobrevivientes de la competencia extrema de la Tierra. Su padre fabricaba interfaces de realidad aumentada para automóviles autónomos. Su madre trabajaba como negociadora de microcontratos entre particulares.
El departamento era aséptico y minimalista, sin decoración innecesaria. Cada pared era una pantalla interactiva, conectada al mercado global. Pero Ariadna pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, la única zona desconectada del sistema.
Allí, rodeada de libros viejos (objetos ilegales en muchas partes del planeta), Ariadna soñaba con un mundo donde no todo tuviera precio. Su padre, en secreto, le había regalado varios volúmenes físicos:
Platón, “La República”.
Ayn Rand, “La Rebelión de Atlas”.
Aldous Huxley, “Un Mundo Feliz”.
Eran reliquias del pasado, pero Ariadna las atesoraba. Mientras sus compañeros competían en juegos de mercado, ella se sumergía en ideas que nadie más entendía.
La Mirada de Ariadna
A los 28 años, Ariadna era una mujer solitaria pero observadora. Caminaba por las calles de las ciudades-mercado con paso firme, esquivando los drones publicitarios y las sombras de las grandes torres. Sus ropas eran sencillas, funcionales, pero su mirada era lo que más destacaba.
El ojo izquierdo, azul, era afilado, analítico. Un ojo que observaba los movimientos del mercado, aunque no participara en ellos.
El ojo derecho, violeta y apagado, parecía siempre mirar más allá, como si viera un futuro que nadie más podía percibir.
Era su diferencia, su desgracia, pero también su única arma.
—“Algún día, mi ojo derecho servirá para algo”, se decía a sí misma.
Y mientras el mundo giraba a su alrededor, entre ofertas fugaces y contratos instantáneos, Ariadna seguía mirando al cielo, buscando algo que no podía comprar: un propósito.
Cierre de la Sección: Ariadna y el Cielo
La plaza de la ciudad-mercado estaba saturada de anuncios holográficos. Naves flotaban entre las torres de acero, y en el cielo nocturno, una esfera luminosa destacaba con claridad: Areté.
Ariadna se detuvo y la miró fijamente. Su ojo derecho no veía los anuncios flotantes, pero sí percibía la luz de Areté con una claridad inusual.
“Allí hay algo diferente”, pensó.
En un mundo donde todo tenía precio, Ariadna sintió, por primera vez en mucho tiempo, que su vida todavía le pertenecía.
La protagonista de El Gran Éxodo, Ariadna, nació en 2317, en una época de reproducción asistida, donde los padres pueden diseñar a sus hijos mediante criptomonedas. Sin embargo, Ariadna nació con un defecto visual inesperado: su ojo derecho era violeta y no funcionaba, mientras que su ojo izquierdo era completamente funcional. Este defecto la convierte en una marginal en una sociedad donde la perfección genética es la norma.
Ariadna es una politóloga que, debido a su exclusión social, se convierte en una "punto de fuga" dentro del sistema. Su vida se ve marcada por su condición visual, que la obliga a vivir en un mundo lleno de prejuicios y exclusión. A medida que la historia avanza, Ariadna empieza a cuestionar el sentido de la verdad y el impacto que las ideologías políticas tienen en el desarrollo de la sociedad humana. Su visión crítica será fundamental para los futuros conflictos interplanetarios que surjan entre la Tierra, Marte y Areté.
Ariadna: El Cielo Rojo
De pie en la plaza central de la ciudad-mercado, Ariadna levantó la mirada hacia el cielo. Allí, en la distancia, Areté brillaba como un farol de esperanza.
Por alguna razón, sentía que ese lugar le pertenecía más que la Tierra misma.
—"Algún día iré allí" —murmuró.
Una voz interrumpió su pensamiento. Un holograma proyectado frente a ella mostraba a un periodista joven, con una sonrisa impecable y voz firme. Alejandro, el comunicador más famoso del momento:
—"Noticias de último momento: Marte acusa a Areté de interferir en sus operaciones lunares. La tensión sube. ¿Será el inicio de un conflicto estelar?"
Ariadna no respondió. Alejandro no podía verla, claro, era solo un programa. Pero algo en sus palabras hizo que el corazón de Ariadna latiera más rápido.
Ese día, por primera vez, Ariadna comprendió que su condición —su ojo violeta, su desconexión del mercado— no era una maldición. Era una ventaja. Podía ver lo que los demás no veían. Y esa visión, algún día, podría cambiarlo todo.
La Casa de Ariadna: Un Hogar Entre Dos Mundos
En un planeta donde las propiedades físicas eran tan líquidas como el mercado de criptomonedas, la casa de Ariadna era un espacio particular, extrañamente humano. No era un palacio futurista ni una cápsula de extrema opulencia; era un refugio, un lugar que desentonaba con la perfección pulida de la Tierra anarcocapitalista.
La Torre Residencial: Un Fragmento del Mercado
La familia de Ariadna vivía en una de las torres de propiedad privada, enormes estructuras urbanas que crecían como árboles de acero y cristal en las megaciudades. Estas torres no eran públicas ni comunales; cada metro cuadrado era alquilado, comprado y revendido constantemente. Los contratos inteligentes de propiedad cambiaban a diario, y los inquilinos aceptaban estas fluctuaciones como un hecho de la vida.
Ariadna conocía muy bien las reglas. Si una familia no podía pagar el microalquiler dinámico, el sistema los desalojaba en cuestión de horas: drones desalojadores vaciaban la vivienda y enviaban las pertenencias a la nube para subastas virtuales. Pero los padres de Ariadna, pequeños empresarios, habían logrado mantener su departamento de 75 metros cuadrados durante años.
El Interior del Hogar
La casa de Ariadna era un espacio multifuncional y modular, diseñado para adaptarse a las necesidades del mercado. Desde el exterior, parecía igual a cualquier otro departamento en la torre: un rectángulo de vidrio tintado con una interfaz integrada en las paredes. Pero por dentro, era diferente.
La Sala Principal
Al entrar, la sala principal se desplegaba como un espacio limpio y funcional. Las paredes —grandes pantallas LED de alta resolución— mostraban bosques virtuales, cielos despejados o mercados bursátiles en tiempo real, dependiendo del humor del usuario. La familia prefería mantenerlas apagadas la mayor parte del tiempo, algo que inquietaba a las visitas. En un mundo donde las paredes eran una extensión del mercado, tenerlas en blanco era casi subversivo.
El Mobiliario era mínimo:
Dos sillas ergonómicas adaptadas a la columna vertebral humana moderna, encorvada ligeramente por siglos de tecnología.
Una mesa transparente, que proyectaba notificaciones y contratos flotantes al menor contacto.
Un pequeño sofá envejecido, una rareza sentimental en un mundo de muebles desechables.
Sobre una esquina de la sala, un pequeño altar digital flotaba como un holograma. Era un espacio de memoria familiar donde se proyectaban imágenes de la infancia de Ariadna y registros económicos de la familia: facturas pagadas, contratos ganados, su historial de reputación.
La Habitación de Ariadna
La verdadera esencia del hogar estaba en su habitación, un espacio que reflejaba quién era y quién podría llegar a ser. A diferencia de las demás habitaciones, las paredes aquí no proyectaban imágenes digitales; eran opacas y reales, cubiertas de pequeños estantes físicos donde guardaba libros antiguos y artefactos “ilegales”.
Detalles Clave de la Habitación:
Una cama plegable adosada a la pared, pequeña y práctica, rodeada de luces tenues que no cansaban el ojo izquierdo.
Estantes de libros físicos: Prohibidos en muchas zonas de la Tierra, Ariadna los mantenía escondidos detrás de una interfaz apagada. Aquí guardaba títulos como “La República” de Platón, “1984” de Orwell, “Un Mundo Feliz” de Huxley, y una copia desgastada de “La Rebelión de Atlas” de Ayn Rand. Sus padres se los habían conseguido en mercados clandestinos.
Una ventana real, no digital. Aunque el vidrio estaba regulado para limitar la luz natural, Ariadna se sentaba a menudo en el borde, mirando las naves que cruzaban el cielo hacia Areté y Marte.
Un proyector de sueños de baja gama, que Ariadna usaba solo para recrear imágenes de bosques y praderas. Mientras sus compañeros exploraban sueños manipulados y simulaciones hedonistas, ella prefería las imágenes más simples y nostálgicas.
Aquí, en este espacio de silencio y papel, Ariadna encontraba algo parecido a la libertad. Era su pequeño santuario, un lugar donde su ojo violeta no era un defecto, sino una especie de guía hacia otra forma de ver el mundo.
La Cocina y el Comedor
La cocina era automatizada, como en todas las casas del 2345. Un brazo robótico preparado para imprimir alimentos en cuestión de minutos atendía los pedidos: proteínas sintéticas, carbohidratos modificados y frutas virtualmente cultivadas. Sin embargo, su madre mantenía una pequeña nevera oculta donde guardaba verduras reales, compradas en mercados grises.
A la hora de la comida, la familia se reunía en la pequeña mesa de vidrio:
Su madre negociaba contratos mientras servía la comida.
Su padre observaba las proyecciones flotantes de las rutas de automóviles autónomos que diseñaba.
Ariadna comía en silencio, mirando el proyector de la pared apagado, sintiendo que las voces del mercado nunca abandonaban del todo el hogar.
El Último Refugio
La casa de Ariadna, aunque modesta, era extraordinaria porque representaba una anomalía en un sistema perfecto. Era un híbrido entre el presente inhumano de la Tierra y un pasado que nadie más recordaba.
Las paredes sin anuncios.
La habitación llena de libros viejos.
La ventana real que mostraba el cielo nocturno.
En un mundo donde la vida entera dependía de clics virtuales y transacciones incesantes, su hogar era un acto de resistencia silenciosa. Un lugar donde no todo estaba a la venta.
Y cada noche, antes de dormir, Ariadna miraba el pequeño resquicio de estrellas visible desde su ventana y pensaba en Areté, la estación que brillaba como un faro de posibilidades.
—“Algún día entenderé por qué nací así”, se decía, mientras su ojo derecho, apagado y violeta, reflejaba un mundo que solo ella podía ver.
Ariadna es la protagonista central de El Gran Éxodo y su historia está marcada por una serie de circunstancias que la convierten en un punto de fuga dentro del sistema anarcocapitalista que define la Tierra en el año 2345. Nacida en 2317, un año bisiesto, su llegada al mundo fue posible gracias a la tecnología de la reproducción asistida, que en este contexto se realiza mediante el pago de criptomonedas. En este sistema de reproducción, los padres tienen la capacidad de diseñar a sus hijos según sus deseos, eligiendo sus características físicas, inteligencia y otros aspectos a través de plataformas especializadas en genética. Es una práctica común en la Tierra, un reflejo de la personalización extrema y el control total que la sociedad tiene sobre la vida humana.
Los padres de Ariadna optaron por una elección tradicional para ella: ojos celestes, un rasgo que era popular y considerado atractivo. Sin embargo, lo que no anticiparon es que Ariadna nació con un defecto inexplicable en su ojo derecho. Mientras que su ojo izquierdo, el que debería haber sido el dominante según el diseño, era perfectamente funcional, el ojo derecho tenía un color violeta y no respondía a estímulos visuales, lo que le daba un aspecto extraño y extraño a la vista de los demás. No había ningún antecedente médico ni genético que pudiera explicar este defecto, lo que generó muchas dudas sobre la salud de Ariadna y su potencial visual.
A pesar de ser excluida socialmente debido a su condición, Ariadna no sufrió físicamente, ya que su ojo izquierdo se adaptó para compensar la función del derecho, permitiéndole ver con normalidad. Sin embargo, el defecto en su ojo derecho, con su color violeta, fue visto por la sociedad como una imperfección en un mundo que valora la perfección genética por encima de todo. Este defecto se convirtió en un símbolo de su marginalización y la discriminación que enfrentaba, y la alejaba aún más del sistema perfecto y calculado que existía en la Tierra, donde la reproducción asistida garantiza que las personas sean diseñadas según las expectativas del mercado.
Este desperfecto inexplicable en su ojo derecho se convierte en un símbolo de resistencia para Ariadna. Mientras que el resto de la sociedad está obsesionada con la perfección y el control total de sus vidas, Ariadna se ve forzada a enfrentar una realidad en la que no encaja. En lugar de seguir los patrones impuestos por el sistema, ella empieza a desarrollar una perspectiva crítica sobre la verdad, la libertad y las limitaciones de la sociedad anarcocapitalista, lo que la lleva a un camino de cuestionamiento filosófico y político.
A medida que crece, Ariadna comienza a estudiar política, interesada por los sistemas de control y poder que dominan tanto la Tierra como Marte y Areté. Su marginalización la empuja a buscar un lugar en el mundo donde las imperfecciones sean aceptadas, y donde pueda encontrar su propio propósito. Es a partir de su historia personal de exclusión que se forma su visión crítica del mundo, que la hace ver a la sociedad como un lugar que no acepta la diversidad de la humanidad. En su camino, se conecta con otros individuos que, como ella, nacieron con defectos naturales y han sido ignorados o rechazados por el sistema.
El nacimiento de Ariadna está marcado por la tecnología de diseño genético, una práctica común en la Tierra, donde los padres pagan criptomonedas para elegir las características de sus hijos. Sin embargo, a pesar de las expectativas, Ariadna nace con un defecto inexplicable en su ojo derecho, que le da un aspecto extraño e inusual. Este defecto, lejos de ser algo físico que la limita, se convierte en un símbolo de su marginalización y la resistencia a las normas sociales. A través de su historia, Ariadna desafía las expectativas impuestas por el sistema y busca un camino para comprender la verdad, la justicia y el equilibrio entre la libertad y el orden en una sociedad que valora la perfección por encima de la diversidad.
Conclusión del Capítulo 1
En este primer capítulo de El Gran Éxodo, se introduce un mundo devastado por la guerra y dividido en tres sociedades muy diferentes: Marte, la Tierra y Areté. A través de la historia de Ariadna, una joven marginada por su defecto visual, el lector es testigo de las tensiones políticas y filosóficas entre estos tres lugares, representados por los partidos Naranja, Rojo,Verde y Negro. Cada lugar tiene su propia visión del amor y de lo que constituye una sociedad justa, ya sea basada en la familia, el consumo material o el cuidado del medio ambiente. La lucha por el poder y la verdad se perfila como el conflicto central que determinará el futuro de la humanidad.
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Ignacio Uriel Galetto Rodriguez
Tomo café luego pienso ☕ Un proyecto de abogado 👨⚖ Un proyecto de escritor 🖋 Institucionalista🏛 Liberal Clásico/Minarquista🗽 Córdoba Capital *cafecito.app/ladoctrinaliberal
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