CAP. V TRIBULACIÓN EN EL CORAZON REAL

Habían pasado ya dos días en que el Príncipe fue castigo por Animedes cumpliendo así su penitencia, aquel castigo que lo mantuvo en el mundo de los sueños por dos días enteros mientras se restablecía. En esos días las doncellas ingresaban a su habitación real esperando su despertar.

En aquel sueño el Príncipe se encontraba en un lugar todo borroso y confuso, se escuchaban espadas chocar, gritos de guerra y la sangre llorar, no entendía qué estaba ocurriendo y frente a él una bella mujer con lágrimas de desconsuelo.

_ “no llores más, todo esto pasara” – le dijo abrazándola, secándole las lágrimas consolándola; y al terminar de hablar un puñal dorado le fue incrustado, manchándose de sangre la mano de la bella acompañante y tomándole la mano con los ojos llorando sin comprender lo que estaba pasando le dijo al oído susurrando.

_ “TE AMO”.

En ese momento el Príncipe se levantó de su largo sueño con su corazón agitado.

La noche se había extendido en todo el cielo, las estrellas con sus constelaciones brillaban destellantes intensas siendo contempladas por los ojos de una de las seis doncellas.

Ariel quien era que se encontraba sentada en los jardines del castillo contemplado el cielo se levantó sintiendo la presencia del joven heredero despertar, caminó rápidamente hasta la habitación real encontrándolo parado frente al espejo de cristal y su espalda ya se encontraba sanada.

_ “discúlpeme alteza real creí que aún seguía durmiendo pero veo que ha despertado ya sanado” – dijo inclinándose al ser vista por el reflejo del espejo.

_ “hay cicatrices que no sanan por más que el tiempo pase y llegue el alba” – le respondió sin voltear tocándose la cicatriz que tiene en su pecho del lado izquierdo.

Ariel alzó su mirada viendo en el reflejo la cicatriz tatuada en forma de aspa con el silencio apropiándose en la habitación en cada rincón.

_ “dime Ariel cuánto tiempo he estado durmiendo en aquel frío invernal después de la batalla de la colisión dorada?” – preguntó tocando el espejo.

_ “Han pasado cinco mil ciento treinta y cinco lunas después de aquella batalla” – respondió aún inclinada.

_ “trece meses…….., que estuve sumido en ese letargo, trece meses……., que los míos pasaron frío, trece meses resguardado, trece meses que no se marchitaron sus esperanzas, trece meses que mi egoísmo les trajo desgracia, cuán egoísta fui y por mi muchos dieron su brillo” – dijo con el rostro agachado en el reflejo.

Sintiendo Ariel en ese momento la voz del Príncipe quebrarse.

_ “su corazón no tiene por qué martirizarse, aquellos que lucharon dejando su brillo en el campo de batalla fue porque lo amaban y ahora con el tiempo los que sobrevivieron lo están esperando para volver a EVERGLOW” – le dijo con voz de consuelo.

_ “dime Ariel porque tú y las doncellas no acudieron a mi llamado, si ustedes hubieran estado nada de esto hubiera pasado” – le pregunto sin voltear.

_ “alteza real nosotras las seis doncellas servimos a su madre la Gran Reina, no teníamos permiso de salir de Argos pero sin nuestra ayuda usted hubiera alcanzado la victoria con el inmenso poder que posee pero usted no lo hizo ¿porque?....., ¿acaso estaba aquella mujer en el campo de batalla? O ¿es que usted aún la ama?” – le pregunto.

Las preguntas se extendieron en toda la habitación con el silencio revoloteando con sus alas resonando ¿aún la ama?, ¿aun la ama?, ¿aun la ama?, fueron unos minutos largos donde las mariposas del silencio se posaban en la cabeza del heredero.

_ “para ustedes han pasado trece meses pero para mí solo ha sido una noche desde que fui despertado y aún tengo los recuerdos frescos de todo lo que ha pasado desde el momento que la conocí hasta la noche que caí, uno nunca olvida de la noche  a la mañana al ser que tanto amaba; el dolor aun lo tengo y sí, es cierto, aun la amo pero no volveré a poner en juego el brillo de mi pueblo. Sé que todo lo que te he dicho y mi sentir quedara en ti porque dentro de las seis doncellas del palacio tu eres en quien más confió ya que crecí bajo tu regazo” – respondió dejando de verse en el reflejo, girando haciendo volar las mariposas de preguntas por la ventana.

_ “¿y dónde está ella?” – le pregunto levantándola de su reverencia. Ariel al escuchar la pregunta no sabía que darle por respuesta por que vio en sus ojos el resplandor de la ilusión de aquel amor que trajo destrucción, se quedó muda por un momento buscando la mejor respuesta y antes de encontrarla volvió hacer formulada - ¿Dónde está ella? – sabía que tenía que responder y cuando estaba a punto de hacerlo la doncella Titania ingreso interrumpiendo.

_ “grande es su nobleza alteza real que su corazón se regocije de alegría, su madre la Gran Reina me ha enviado a darle las buenas nuevas, en la mañana siguiente cuando el día despierte su deseo de salir del castillo será concedido y en la noche cuando la luna esté en el centro del cielo usted será coronado ante su pueblo, sobre su cabeza laureles de plata adornaran su belleza hasta que aparezca su real corona…. El bosque de Smyrna ha emergido con gran esplendor y belleza después de aquel inmenso invierno que tapó sus tierras ha llegado la hora después de tanto tiempo que vuelva con su pueblo a reinar EVERGLOW”.