Cap 03: Amar, amar, amar

Recuerdo que hace tiempo, solía preguntarle a mi gente más cercana acerca del amor, porque las únicas referencias que tenía, estaban cargadas de mucho dolor. Me costaba reconocer ese sentimiento o reavivar mi corazón porque se sentía muerto, pensé que nunca más volvería a sentir y me encerré con la seguridad de que eso nunca sería para mí. Mis elecciones nunca han sido las más certeras, siempre me dejo llevar por lo que me grita mi órgano vital y eso me ha llevado a caer en las manos de farsantes y criminales que no han hecho más que dañar, por lo que me hace pensar, que mi concepto del amor estaba contaminado y al ser lo único que habían conocido mis labios, no existían más referencias hacia mí, hasta que, me decidí a probar un nuevo sabor, ese que encontré tu boca cuando nos besamos por primera vez.

Me endulzaste el alma y me lo pintaste de colores naranjas, mostrándome que había más mundo de lo que un día conocí, y me senté a tu lado, para ver la puesta de sol más hermosa en esa playa que eres tú. Me hundí entre tus aguas y bebí de ti como si hubiera estado sediento por años, como si fueras la fuente de la vida eterna y de pronto, hubiera tenido el deseo de vivir para siempre porque todavía hay tantas cosas que descubrir. Las páginas de mi diario empezaron a tomar forma, teniendo tu inicial en cada esquina de la hoja, porque no había ninguna letra, ni ninguna rima o poema que no fuera para ti. Aun teniendo en frente las pruebas de mi corazón inerte, me negué a aceptar alguna pista relacionada a eso que llamamos amor, pensando que había sido presa de mis propios delirios y pesares, trayéndome confusiones y malestares, negando lo evidente.

Tomé las piezas de nuestra historia con cuidado y armé el rompecabezas de todo lo pasado, para tener una imagen clara de lo que realmente significas para mí.

Amor eres tú, desde la manera en que cuidas a las plantas y los animales, hasta a tus personas más cercanas. Te escucho hablar de los que amas, tus palabras son más dulces que la miel y se me queda tu sabor en la punta de la lengua porque me contagias de todo lo hermoso que eres tú. Ya no tengo que sacar mi encuesta semanal y preguntarle a cada persona que se siente amar, porque una vez que me limpié, te conocí y adoré, volví a nacer en el centro de la genuinidad, bondad y sinceridad.

Espero recitarte estas palabras y otras más, cuando estemos en el altar.