Me despierto en un día gris, escuchando las bocinas de los autos, el ruido del colectivo que pasa por la puerta de mi casa. Abro redes sociales, me topo con la realidad de vivir.
De vivir en Argentina, de las luchas políticas que siempre benefician a unos pocos, de los que opinan de un lado, del otro y del otro. Me topo con quienes defienden, con quienes insultan, con quienes intentan ser quien no son.
Arranco el día como puedo, desayuno mirando una pantalla que me ayuda a evadir el día gris, la realidad. Salgo a la calle, viajo aplastada hacia la universidad donde hago una carrera que no se si me gusta, me siento en un pupitre que me queda grande, o tal vez chico. Escucho a un hombre que habla de cosas que no me interesan realmente, me pregunto "¿Porqué estoy haciendo esto? ¿Tengo que tener un título? ¿De que voy a vivir?"
Tomo apuntes, me compro un café quemado, vuelvo al aula donde mis compañeros gritan mientras juegan junto al profe. Me quiero ir.
Salgo apurada a subirme a un bondi que me traiga a casa, a mi lugar, a mi seguridad.
Preparo el mate, vuelvo a mirar una pantalla. ¿Que estoy haciendo con mi vida? Miro a la gente que vive en el campo y la envidio, quiero huir ya. Me cebo otro mate, ¿Cuando voy a terminar?
Me siento a escribir, ahora puedo descansar.
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Siempre quise tener el mundo en una mano pero me gano la fiaca. Pasen, lean, comenten, lloren y disfruten.
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