nunca me gustó ser simpática a la fuerza. me han juzgado por la cara de culo, por la forma directa en la que hablo.
y cuando sé que eso incomoda, más me dan ganas de seguir.
¿será que disfruto ir en contra de lo que el resto espera? puede ser.
o capaz simplemente me cansé de que la simpatía sea la entrada mínima para que me tomen en serio.
de tener que suavizar lo que pienso para no herir sensibilidades frágiles. de estar pidiendo perdón por existir con carácter.
lo irónico es que muchas de esas personas que después se alejaron, al principio me admiraban. admiraban mi honestidad, mi forma libre de moverme por la vida, mi energía sin filtro.
hasta que dejé de serles útil.
hasta que me animé a no escribirles más, a no aplaudirles todo, a no decirles lo que querían escuchar.
y entonces lo que antes era “me encanta cómo sos” se transformó en “cande se maneja así”, dicho con desprecio.
como si mi forma de ser, que los atrajo al principio, pasara a ser el defecto por el que ahora justifican hablar mal de mí.
pero el problema no es cómo me manejo.
el problema es que dejé de ser funcional a la imagen que ellos tenían de mí.
cuando dejás de ser la amiga disponible, la simpática de turno, la que facilita todo.
cuando dejás de chuparles el orto, se ofenden.
y el afecto que parecía tan auténtico se cae como una careta mal puesta.
fui la amiga que conectaba, que abría puertas, que hacía que todo parezca fácil.
la que conocía a alguien en todos lados. la que convenía tener cerca.
pero el día que dejás de gastar energía en sostener vínculos unilaterales,
el día que decidís no escribir más,
el silencio se vuelve traición para ellos.
no porque les hayas hecho algo,
sino porque ya no les servís.
y ahí aparece la frase que me repiten como si explicara todo:
cande se maneja así.
sí. me manejo así. digo las cosas como las veo.
puedo decirte lo mejor de vos si lo reconozco, y también señalarte lo que no te gusta escuchar si me pedís mi opinión. no por crueldad, por respeto
pero a la mayoría no le gusta la sinceridad si no les sirve para inflarse el pecho.
no me gusta que me chupen el orto, ni me gusta hacerlo yo.
pero tampoco voy a quedarme donde solo me quieren si les digo lo que quieren escuchar.
no me incomoda alejarme.
lo que me incomoda es que después hablen.
que deformen lo que fui.
que repitan historias a medias.
que me juzguen por no haber seguido dándoles algo que nunca supieron agradecer.
cande se maneja así entonces, con cero tolerancia a los vínculos cómodos pero cobardes.
y si eso te molesta, capaz no te molesta mi forma de ser.
te molesta que ya no podés aprovecharte de ella.

Candela
un poquito de mi ✍🏼una simple chica q estudia periodismo y quiere mostrar las notas, entrevistas e investigaciones q hizo para que no queden guardadas en el baul del olvido
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