Calle Hontalba.

...

Agujeros en los bolsillos.

Quisiera sentirme optimista y mostrarme desde ahí positivo, alegre, esperanzado.

Añoro el sentimiento idealista confiado. Soñar despierto con lo posible de un mundo amable, cordial, solidario, respetuoso, sano. Sí, sano con la salud de la afabilidad, con la lozanía de la cordialidad, con la vitalidad de la dulzura, con la fortaleza de la generosidad, con la robustez de la tolerancia, con el vigor de la ternura, con la energía de la apacibilidad.

Hay instantes, pero no duran, y se apagan al observar la vida. Ojalá los pájaros y el verde de los árboles y el correr del agua, fueran lo importante, pero eso no cuenta y lo que sale en el parte de la Tierra es muerte, maldad, estupidez, odio, sinrazón, desgracias...

No, no me quedan reservas de optimismo.

Misa y toros.

Hay una España que quiere a España llena de procesiones de oro y sangre y festejos con ternos de muerte.

Esa España nos lastra y nos ata. Esa España nos impide avanzar.

Caza y pata quebrada. Y que se vuelva a fumar en los bares.

Una España que alaba a Franco. Sí, cada vez más, aunque han consentido en callar la loa durante un tiempo.

Esa Una, Grande y Libre, es su Una, es su Grande, es solo su libertad particular.

Lo veo muy cerca, incluso en gentes que vienen de gentes que sufrieron aquel enorme mal.

No me moverán.

¿A mi pesar?

Banderita tu eres roja. Banderita tu eres gualda.

Soy español y de la Vía Láctea.

No me molesta serlo. Ser de la Vía Láctea.

¿Y español?

Si no lo pienso me da igual, pero si miro lo que apoyan, inconscientes, los fachapobres...

Y tele cinco. Y, sí, la cosa taurina -es que ya empieza la temporada densa de sangre en plaza-. Y tanta procesión -la fe la entiendo más íntima-. Y esas dos ridículas españas (Barça y Real Madrid).

De Torralba sí, eso no está mal.

Dolbach.