Pensé en dejarte de hablar.
Fue una decisión apresurada.
Queriendo hacer uso de la razón,
olvidé mi corazón.
Te hice una carta hace tres meses que explicaba a detalle todo lo que mis palabras no soltaban.
Sos la primera persona de la que escribí con amor en el alma.
Sos la persona que ilumina mis días,
por lo que ahora comprendo la soledad que afronta mi alma.
Vos eras el hogar en el cual me albergaba cuando todo me iba mal.
Eras a quien buscaba cuando me preguntaban por mi persona favorita.
La persona a la que miraba cuando me sentía exhausta.
Sos aquella con la que mi cuerpo se sentía seguro.
Una semana en la cual me siento en un caos.
Era una montaña rusa y tu falta se notaba.
Creo que estoy fallando,
pero te extraño.
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