El caballero padeció
la lucha desleal
en el silencio de la mazmorra
-
contó los días
hasta que el tiempo olvidó
su voz
y la memoria sepultó
la espada pintada a fuego,
el escudo desarmado
-
era un hombre derrotado,
despojado de aventura y gloria
sin cruzada y fe
por un Dios que no responde plegarias
-
en la penumbra de piedra,
la sangre en sus rodillas
resultó un vestigio del deseo
por enmendar la culpa
-
un caballero sin armadura y espada
combatiendo en la noche sin estrellas,
contra la oscuridad que se llevó su alma
porque no habrá beso de amor que permita redención.
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