Buenas y Malas

Cada día es un tablero lleno de oportunidades, sencillas, cotidianas, simples, que requieren de tomar

una decisión; esa decisión puede ser buena o mala, hablando siempre con el diario de la mañana, por supuesto. Esto nos lleva a consecuencias en nuestro día malas o buenas, ya sea por nuestro obrar, o simplemente por suerte.

Estas consecuencias, buenas o malas, están divididas en cuatro: Buenas grandes y buenas chicas o malas grandes y malas chicas. Todo lo que pase se relaciona con una acción tomada previamente.

Las buenas grandes son consecuencias de alto nivel de felicidad: aprobar una materia, conseguir algo que deseábamos con fuerza, solucionar un gran problema.

Las buenas chicas conllevan consecuencias de menor nivel de felicidad: conseguir el café que te gusta, darse cuenta de que elegiste ropa cómoda, reírse de un buen comentario porque decidiste interactuar con alguien.

Las malas grandes son consecuencias de alto nivel de malestar: desaprobar, chocar el auto, etc.

Las malas chicas son consecuencias de menor nivel de malestar: perder algo porque quedó mal guardado, llegar tarde por no levantarse temprano.

Entonces, hay miles de oportunidades en cada día. Podemos esforzarnos para que todas resulten en buenas decisiones, pero estadísticamente ¿sería eso posible?

Siempre recordamos las malas grandes y las malas chicas… un poco las buenas grandes y nos olvidamos de las buenas chicas, las pequeñas buenas cosas de la vida. Hay que aprender a identificarlas y disfrutarlas por lo que son.

Cada día será diferente; hay que despertarse aprovechando cada nueva oportunidad. Así como puede ser una mala chica, también puede ser una BUENA GRANDE.

Entonces, ¿cuáles fueron tus oportunidades de hoy?