botella vacía.

te amé entre errores y malas decisiones,

incluso cuando el silencio fue la única respuesta.

esperé con devoción rota,

como una promesa que se repite aunque nadie la escuche.

no hice plegarias, hice fiestas.

con botellas vacías y labios prestados,

con estrellas mudas y música a todo volumen

para no oír mi propia voz llamándote.

te castigué con mi ausencia

como respuesta a tu abandono.

gemí como si pudiera expulsarte del pecho

y bebí hasta que la culpa se volviera dulce.

fui templo y terremoto,

devota y desertora.

y aunque me digan que no era amor,

yo sé que era algo tan grande

que dolía más que curaba.

me convertí en resaca y contradicción.

fingí estar bien mientras buscaba

algún desconocido que supiera

besar como un adiós que se queda.

hice esta fiesta para no escribirte.

para no buscarte.

para que no me encuentres.

para seguir deseando que lo hagas.