Su cuerpo se mece al vivo sol,
en el mar, sus caderas son reflejo de solemnidad.
Sus rayitos parecen quemar las olas,
la arena se pega a su piel cual escarcha
y verle, proclamándose diosa
me subyuga y me vuelve su devota.
Ella hace crecer mi pecho,
no me da esas mariposas joviales,
me da calma,
me hace sentir en paz.
Canta para mí,
habla para mí,
ella sabe lo que su existencia causa
y se aprovecha.
Toma control de mis sentidos,
rellena con sonrisas
con viveza
un recuadro vacío
uno que en algún momento fue mi corazón.
Ella lo toma,
su sadismo le lleva a entregarme el suyo,
me enseña su sangre,
pinta de carmesí mis labios.
Ella no me besa,
ella devora,
ella engulle
ella toma todo lo que pueda de mí
y yo encantada,
¿cómo puedo negarme?
Si mi alma le pertenecía desde que la conocí.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión